El pasado martes estuve en Barcelona (al día siguiente del colosal caos de la nevada) y, entre reunión y reunión, conseguí encontrar hora y media para ir a echar un vistazo al Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona, situado en la Plaza del Rey, en el corazón del Barrio Gótico. Por cierto que la plaza en sí misma ya vale una visita, con un conjunto monumental del siglo XIII.
Un museo así necesita muchas horas para una visita en condiciones, así que me limité a la planta baja, con algunos materiales interesantes pero muy modestos sobre la Barcelona íbera y romana (me llamó la atención que en la explicación de la audioguía se afirmaba que existió en Montjuic un oppidum íbero llamado Barkine, o algo así, cuyo nombre derivó después en el romano Barcino). También asistí a la proyección de un vídeo sobre la historia de la ciudad, que era todo un prodigio de ambigüedad, con la obvia intención de no herir ninguna sensibilidad identitaria. Digamos que en el vídeo conseguían hacer aparecer a Barcelona como una ciudad apátrida (o ciudadana del mundo, que suena mejor).
Lo que realmente me impresionó fue la planta del subsuelo, donde se pueden visitar las excavaciones de una zona de talleres, factorías y almacenes de la ciudad romana, y parcialmente superpuestos a ellos, los del conjunto obispal tardorromano y visigodo. De la ciudad romana se han sacado a la luz una tintorería-lavandería del s. II d. C., una factoría de salazones de pescado y garum, una bodega de producción y almacenamiento de vino (con una capacidad de diez mil litros), lienzos de muralla, calles pavimentadas, canalizaciones de saneamiento, etc. Y todo ello está presentado de un modo muy atractivo, con pasarelas que recorren el yacimiento y con información abundante y de calidad. Es de destacar una sala dedicada a la villa romana que recorre de un modo muy interesante los distintos aspectos de la vida doméstica en Roma.
Me pareció interesantísimo, a pesar de ser tan poco conocido. Así que ya sabéis, si vais a Barcelona intentad hacer un hueco para el MHCB. Merece la pena.
Vale
Barcelona es una ciudad con un encanto especial y el Barrio Gótico es un museo al aire libre.
ResponderEliminarGracias por hacernos de guía en el MHCB.
Gracias a ti y bienvenido, Trecce.
ResponderEliminarLa última vez que estuve en Barcelona era el año 89 y el museo aún estaba en pañales, se podía visitar el edificio y algo mas pero no estaba tan bien organizado como ahora.
ResponderEliminarGuardos magníficos recuerdos de la zona.
Pues el cambio que ha dado Barcelona en los últimos 21 años es como para no creérselo. Te encantará cuando regreses, y espero que sea pronto.
ResponderEliminarA ver si se acaba la crisis, que es uno de mis objetivos.
ResponderEliminargracias por pasar por mi casa.
Barcelona tiene un encanto que te hace volver y que cada vez te guste más...
ResponderEliminarCoincido con el amigo Trecce, el Barrio Gótico es magnífico museo al aire libre.
Un saludo!
Totalmente de acuerdo, Pablo. Es una pena que por rivalidades absurdas muchos de mis paisanos de Madrid no disfruten de Barcelona tanto como podrían.
ResponderEliminarNo estoy muy puesto con el origen de Barcelona, pero creo haber leído por ahí que el nombre que apuntas, Barkine, tenía relación con el apellido de Aníbal, Barca, o el de su familia, Barquidas; ¿fue fundada por Aníbal durante su marcha hacia el norte, luego del asedio de Sagunto?
ResponderEliminarBarcelona es una ciudad maravillosa, con la que me unen muchas cosas. Tuve familia allí (desgraciadamente se han ido para siempre) y he pasado varios veranos de mi infancia y juventud en la Ciudad Condal. Quizás por eso mi afición al Barça (lejos de cualquier fanatismo o ideología política). ¿Qué decir del Barrio Gótico? Nada que no se haya dicho ya. Quizás la gran maravilla de Barcelona, un rincón cargado de historia y romanticismo.
Por cierto, Arturo, eres el protagonista de mi blog, que lo sepas.
Un abrazo.