Entre el año 500 a. C. y el cambio de era, en un vasto territorio extendido entre las actuales provincias de Ávila, Salamanca y parte de las de Zamora, Toledo y Cáceres, prosperó un pueblo de estirpe céltica que desarrolló un rico universo de creencias, técnicas artísticas y urbanísticas que estaban llamadas a perdurar. Fueron los Vettones. Crearon castros en cerros situados en confluencia de ríos, sembraron de imponentes esculturas graníticas de toros y jabalíes los límites de sus territorios de pasto, los llamados verracos, y dejaron como testimonio de su esplendor asombrosas joyas de orfebrería y ciudades olvidadas rodeadas por murallas formidables y campos de piedras hincadas, dominando espaciosos paisajes de encina y granito, que parecen dormir desde su ocaso.
En Ávila, en los sótanos del Torreón de los Guzmanes, sede de la Diputación Provincial, se exhibe con carácter permanente la exposición Vettonia: Cultura y Naturaleza. Es una pequeña delicia museística hecha con fondos europeos que ofrece una sabrosa visión de lo que debió ser aquel pueblo que sólo en los años 30 del siglo pasado comenzó a ser mejor conocido, de la mano de las excavaciones de Juan Cabré. Puede visitarse de martes a sábado de 11 a 14 h. y de 17 a 20h., y domingos y festivos de 11 a 14h. Ávila merece una visita por muchas razones, pero esta es sin duda una de las más singulares.
Y, para quien le interesen los Vettones, le recuerdo algunos post de este blog que tal vez quiera recordar: