Una seña de identidad de los pueblos de raigambre céltica en nuestra Segunda Edad del Hierro son las fíbulas representando caballitos. Tanto es así que, a menudo, se han convertido en símbolos de los yacimientos donde vieron la luz, como la fíbula de Lancia, las de Numancia o las dos exquisitas piezas halladas en el oppidum vetón de Las Cogotas.
Aquí representó la que ha tomado el yacimiento como imagen icónica. Se exhibe en el Museo de Ávila y es una delicia; representa un caballo con la pata delantera alzada y el cuello erguido, y los característicos símbolos solares impresos en su cuerpo.
Fue hallada por Juan Cabrera, en sus excavaciones de 1927-1932 y sigue maravillando al visitante por su sugerente simbolismo y su elegante sencillez.