Algunas de las piezas más fascinantes del Museo Íbero de Jaén, enmarcadas en la exposición "Dama, príncipe, héroe, diosa", son las procedentes del conjunto escultórico del heroon o santuario heroico de Cerrillo Blanco, en la localidad de Porcuna, que data del siglo V a.C. y es posiblemente el más extraordinario del arte íbero.
De todas ellas ninguna me fascina tanto como la que representa arquetípicamente al guerrero íbero. Luce los restos de una panoplia completa y ha conservado la cabeza casi intacta. Eso es lo que más llama la atención. El rostro tiene mirada enigmática y rasgos orientales, y hay en él una veracidad que hace pensar en que retrató realmente a un individuo de carne y hueso. Murió hace veinticinco siglos, pero algo de él observa con un asomo de sonrisa al visitante desde su vitrina.
Si queréis leer algunas impresiones más sobre el Museo Íbero de Jaén en este blog:
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