Los íberos de Córdoba son conocidos sobre todo por haber proporcionado nombre y población a la ciudad que Roma fundó junto a la suya, a orillas del Betis, y que habría de convertirse en la capital de una próspera provincia del mundo romano. Pero basta un rato en el Museo Arqueológico de Cordoba para comprobar que la huella íbera cordobesa, dejada por túrdulos, turdetanos y oretanos, es rica y fascinante. El león de Nueva Carteya valdría por sí solo una visita, y otro tanto la estela de Ategua, que sin ser propiamente íbera evoca los albores de la Edad del Hierro en el sur de la Península Ibérica de un modo excepcional.
Buenísima reseña... Queda pendiente la visita. Nos vemos en Madrid en breve. Un abrazo.
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