domingo, 23 de junio de 2019

ATANDO CABOS (X Encuentros Hislibris)


Hace doce años me embarqué en uno de esos proyectos que inevitablemente han de acompañarlo a uno durante un considerable trayecto de vida. Escribir un relato a lo largo de tres novelas es algo más que acometer un desafiante proyecto literario. Se trata, más bien, de elegir, y construir a continuación, un mundo paralelo en que vivir otras vidas, contemplar otros paisajes, respirar otros perfumes, ganar otros amigos, lamentar otros enemigos, librar otras batallas, alumbrar otros sueños. Y descubrir, al cabo, que en realidad no son otros, sino los mismos con distintos decorados, ropajes y rostros. En nuestras novelas respiran los mismos relatos de amor que en nuestras vigilias cotidianas. Viviendo o escribiendo somos los mismos individuos: eso es importante no olvidarlo.

Soy un hombre dado a dejar cumplido registro de los comienzos y los finales. Es mi forma de dar paso a horizontes nuevos. Me gusta atar cabos, apagar la luz, cerrar la puerta. Pero muy pocas veces puede ocurrir de forma tan hermosa.
En el venerable local de la AEAE de la calle Leganitos, durante los X Encuentros Hislibris –una delicia de principio a fin, por cierto-, recibí el pasado 15 de junio el maravilloso honor de haber sido considerado por el jurado de Hislibris el más destacado autor español de novela histórica en 2019 por La cólera de Aníbal. Recogí mi Celedonio junto a otros admirados conciudadanos de nuestra república de las letras: Adonis Sánchez Bonilla, Javier Veramendi, el equipo de Desperta Ferro… La gratitud que sentí, y siento, es inmensa. Más aún por representar, en efecto, una suerte de corolario final a la Trilogía de Aníbal, y por tratarse precisamente de Hislibris, una de las más valiosas comunidades de buena gente con la puede encontrarse un amante de la literatura, la Historia y la conversación. El haber podido contagiar en tantos amigos una parte de la emoción que me embargó en las innumerables horas solitarias de escritura es un milagro inefable.

Perdón, solitarias no. Allí estuvo siempre, con sus ojos verdes y sus hondas anudadas en la frente, mi Anglea. De ellas son las luces, las penumbras, los prodigios, los secretos. De ella son las palabras que ni siquiera en el mundo de libre absolución de los relatos pueden ser pronunciadas.












6 comentarios:

  1. "En nuestras novelas respiran los mismos relatos de amor que en nuestras vigilias cotidianas."-Cierto y maravilloso al mismo tiempo, compañero. Gran crónica y meritado reconocimiento.

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    1. ¡Gracias, Krake! Enhorabuena también a ti. Fue un placer conocerte en los Encuentros. Seguimos en contacto.

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  2. Te lo dije en Madrid y lo vuelvo a repetir: sin hipérboles por mí mí parte, veo en ti (y en autores "nuevos' como Sandra Parente, Juan Luis Gomar y añado a quien me precede en los comentarios de esta entrada, Adonis Sánchez), el futuro de la novela histórica, con frutos ya en el presente. Sé, como me comentaste, que ciertas un ciclo y más adelante lis dioses dirán, pero espero ver más textos tuyos, como los espero de los autores citados.

    Una vez más, ¡enhorabuena!

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    1. ¡Mil gracias, Óscar! Que mi aventura literaria dé frutos y siga adelante es en buena medida consecuencia de los grandes amigos como tú con los que la comparto. Un gran abrazo.

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