domingo, 24 de marzo de 2013

"Arte sin artistas" en Alcalá de Henares

El Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares, dirigido por Enrique Baquedano, vuelve a sorprendernos con una exposición sorprendente y fascinante. Arte sin artistas. Una mirada al paleolítico, comisariada por el catedrático de la UNED Sergio Ripoll, nos ofrece la oportunidad de tomarle el pulso a los primeros seres humanos que dejaron constancia del universo simbólico que ocupaba sus sueños, sus anhelos y temores.

Acaso sea legítimo entrar a discutir si las pinturas de Altamira o de Lascaux, o la Venus del cuerno, tallada en el abrigo de Laussel hace 25.000 años, pueden o no calificarse como arte, pero a mí no me cabe ninguna duda. Esas figuras talladas me abren la puerta a la esencia del espíritu humano de aquellos ancestros nuestros. Las siluetas de manos aureoladas de color rojo y negro en los muros de una cueva me resultan tan emcionantes y perturbadoras como el Guernica de Picasso: en unas y otra están contenidos los temores sin nombre de las criaturas mortales y asustadas que somos.

Pero será mejor que cada cual se forme su propia opinión: no es preciso más que acercarse a Alcalá de Henares antes del 7 de abril. Y no hay problema en ir con niños; la exposición es tan didáctica como acostumbran las del MAR. Un plan perfecto para la Semana Santa. Que lo disfrutéis.


domingo, 3 de marzo de 2013

Expolios arqueológicos: una vergüenza nacional


Todos hemos escuchado estos días la historia del jubilado de Aranda de Moncayo que, a lo largo de dos décadas, se dedicó a expoliar impunemente diversos yacimientos arqueológicos de las provincias de Zaragoza y Soria.

Pasado el primer momento de estupor, uno no puede dejar de congratularse de que exista en España algo como el SEPRONA y la Unidad de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil. Se diría que, en este episodio, eso es lo único que nos diferencia de la más bananera de las repúblicas. En nuestro caso, quiero decir, de las monarquías.

Que yacimientos como Arátikos, Numancia o Termancia puedan ser saqueados sistemáticamente por aficionados es algo difícil de concebir en un país moderno. ¿De verdad no es posible proteger razonablemente algo tan valioso y tan irremplazable? Pero alguien me recordará que también es irremplazable la sanidad o la educación en estos tiempos de crisis y no me quedará sino darle la razón.

Lo que no me cabe en la cabeza es lo siguiente. Algunas de las piezas más valiosas robadas por nuestro jubilado fueron a parar a la colección del magnate alemás Axel Guttman. Cito literalmente del diario El País: Cuando se puso a la venta su enorme colección, el museo de Maguncia denunció que entre los objetos había piezas procedentes de España exportadas ilegalmente. La fiscalía de Múnich las retuvo y solicitó al Gobierno español que reclamara su legítima propiedad en tres meses. No hubo respuesta. En 2009, 2010 y 2012 se volvieron a subastar nuevos lotes. Y se reprodujo la scuencia: denuncia del museo e inacción de las autoridades españolas.

¿Qué se puede decir a esto? Los alemanes intentan reiteradametne devolvernos nuestro patrimonio expoliado y no encuentran a nadie en la ventanilla para hacerse cargo. Alucinante.

Pero confiemos en nuestros representantes públicos. No me cabe duda de que rápidamente se sucederán las iniciativas parlamentarias en el Congreso de la Nación y los parlamentos de Aragón y de Castilla León para poner en claro este asunto. De lo contrario, seríamos un país de broma, de esos que se toman el patrimonio histórico como un lujo para ricos o para aprovechados.

Gracias a la Guardia Civil, y a Uly Martin por la foto, publicada en la edición digital de El País.