Uno de los alicientes de este libro de arte de la Trilogía de Aníbal es constatar cómo Sandra Delgado continúa alcanzando nuevas cotas de excelencia como artista. Esta ilustración es un perfecto ejemplo de ello: la composición es impactante y la atención se la disputan Asdrúbal y Titayú, el cielo con sus grandes nubes ingrávidas, los elementos arquitectónicos inspirados en vestigios arqueológicos púnicos, esa mano alcanzada en primer plano y, sobre todo, el kylix alzado resplandeciendo al sol. Espectacular.
La escena es además de las de mayor intensidad de la novela El cáliz de Melqart. Vayan unas líneas para abrir el apetito, evitando cuidadosamente los spoilers:
Asdrúbal se aproximó a Titayú, la tomó de la
mano y volvió con ella para situarse de nuevo tras el altar.
-Comienza el nuevo año –prosiguió-, y para
hacerlo propicio los dioses nos requieren someternos a la danza de la vida y la
muerte. Poner fin a una vida y dar comienzo a otra, mantener el equilibrio
mágico de la noche y el día, de Baal y Astarté, de Luc y Epona.
Hizo una pausa para recobrar el aliento y miró
a Titayú con el rostro encendido. La mastiena entornó los ojos en un gesto
ambiguo de gozo y ambición.
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Mis felicitaciones por la trilogía de Aníbal. Tardé en encontrar la primera parte, "El heredero de Tartessos" porque en muchas librerías aparecía como agotado y no quería leer los otros dos libros para poder llevar toda la historia en orden. Al fin llegué al final y puedo decir que disfruté tanto que al final estaba ya metida en la historia de tal manera que al comenzar "La cólera de Aníbal", y dado el ambiente de traiciones que se generaba por ambas partes, cuando Bobdal se presenta para entrevistarse con Argonio y le dice que Aníbal ha muerto yo ya pensé mal y creí que llegaba con malas artes para engañarle. Pero al seguir leyendo y comprobar cómo contaba la muerte de Aníbal, que yo ya conocía, vi que la historia no era la continuación exacta en el tiempo del libro anterior, sino que se entraba en una forma de relato que pasaba del tiempo presente al pasado de una forma tan interesante y amena que no se podía dejar el libro en reposo. Acercarnos a Tartessos y a todos esos pueblos, vaceos, olcades, vetones, arévacos, oretanos y demás, que tuvieron tanta importancia en nuestra historia, pero de los que en realidad sabemos tan poco, fue muy gratificante.
ResponderEliminar¿Y ahora qué? ¿Tal vez nos vamos con la hija de Adara que se fue a vivir a Numancia? Sea como sea, espero con impaciencia su próximo libro que seguro no desmerecerá de esta trilogía.
Un saludo y de nuevo mi enhorabuena.
Carmen
Mil gracias por tu mensaje, Carmen. Escribir novelas tiene sentido precisamente porque de pronto aparece un lector -una lectora, en tu caso- que te hace ver que se ha creado el vínculo de una historia compartida. Me alegra mucho que te haya gustado la trilogía, y que te haya enganchado ese recurso narrativo que utilizo en "La cólera de Aníbal" para recorrer el tiempo en ambas direcciones.
ResponderEliminarMe quedo con tu sugerencia de dar continuidad a la historia. Aún no puedo decirte cómo continuará, pero sí que en el horizonte esperan cosas por descubrir.
Un saludo y espero que sigamos en contacto.