miércoles, 30 de junio de 2021

LA ORETANA ADARA EN HÉLIKE (Galería de imágenes de la TRILOGÍA DE ANÍBAL XXIII)

 


Cuando Sandra Delgado y yo elegimos las escenas que inspiran las imágenes del libro de arte de la Trilogía de Aníbal, intentamos ir desplegando un escenario que dé cabida a los personajes principales, en contextos tanto domésticos como monumentales o militares, que recreen visualmente el mundo íbero, celtíbero y púnico en que se desarrollan las novelas.

Hoy os presentamos a la oretana Adara, uno de los personajes protagonistas de La cólera de Aníbal, la novela final de la trilogía. Y lo hacemos en un momento de introspección en el patio de su vivienda de la nueva ciudad de Hélike, en una de esas pausas efímeras que en ocasiones se abren en el corazón de los acontecimientos más trepidantes. Os lo contamos con las palabras de la novela; esperamos que os guste.

Como por obra de un dios benévolo el viento se apaciguó al amanecer. Fue de un instante para otro: el más violento de los gemidos se desgarró en un estertor exhausto y tras él se instaló en la alborada una calma provisional e inexperta, un silencio a punto de quebrarse.

Adara salió al patio con un tazón de leche caliente entre las manos. Se sentó en el banco adosado a la pared y dejó que el aterido contacto de la caliza y la arcilla la fuera despertando al nuevo día. Miró a su alrededor: los establos, algunos trapos tendidos esperando un rayo de sol, el eco inmóvil de los cubos de latón, el montón de paja y estiércol. Argonio solía decir que a medida que envejecía esta nueva Hélike parecía cada vez más un pálido trasunto de la anterior. Pero para ella era la suya, no recordaba ninguna otra, era aquí donde había transcurrido la vida que la había convertido en la mujer que era y donde sucedería todo lo que aún le estuviera reservado por la madre Epona.

Si quieres conocer los libros de la Trilogía de Aníbal:


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