domingo, 16 de septiembre de 2012

Los 388 rostros de Mogarraz


Mogarraz, a ocho kilómetros de La Alberca, es una auténtica joya de la arquitectura tradicional de la Sierra de Francia. Se apiña en lo alto de una ladera que mira al sur, dominando un ancho horizonte de montes cubiertos de robles y castaños. Es un lugar extraordinario para una visita, sobre todo en otoño, cuando los castañares se inflaman de colores.

Este año hay un aliciente más. En el otoño de 1967, el fotógrafo Alejandro Martín Criado retrató para el carné de identidad a todos los mayores de edad del pueblo. Años después, el pintor Florencio Maíllo se hizo con el archivo de los retratos, y debió pensar que aquella colección de rostros encarnaba colectivamente un instante de la vida del pueblo más veraz y palpitantemente que todo su patrimonio arquitectónico. Hizo reproducciones a gran tamaño de cada una de las imágenes, utilizando pinturas encáusticas sobre chapas metálicas, y las ha colocado en las fachadas de las casas donde vivieron, o aún viven, los retratados.

El resultado es una exposición extraordinaria. Los trescientos ochenta y ocho rostros de Mogarraz observan al paseante desde la distancia insalvable de sus miradas, lo interpelan con una atención severa pero no hostil, algunos incluso con atisbos de sonrisa, como fantasmas sin prisa ni apenas curiosidad. Los rostros y el paseante saben que los separa una barrera infranqueable y no tratan de establecer otro diálogo que el de las miradas. Miradas como advertencias involuntarias, de esas que dan que pensar, y que escribir.

Si os animáis a conocer el otoño y los rostros de Mogaraz, tomad nota: la exposición va a estar desplegada hasta noviembre. Y para alojarse y comer, más que recomendable El Balcón de Mogarraz: Tomás y Margot (y Alejandro) son encantadores, y tienen una cocina memorable.





10 comentarios:

  1. Jooo que pena que me pille tan lejos y tan liada. :( me encantaría ir. Estuve una vez hace muchos años en la sierra de Francia y me encantaría volver, y mas a ver esa fantástica exposición.

    ResponderEliminar
  2. Qué se le va a hacer, Ángeles. Afortunadamente, aunque pase la exposición, Mogarraz seguirá allí, esperando un momento propicio. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Doy fe de la belleza peculiar de Mogarraz. Quizá otros pueblos cercanos como La Alberca o Candelario son más conocidos, pero Mogarraz conserva la belleza de lo incontaminado.
    Yo también animo a quienes no lo conozcan a darse una vueltecita por allí, merece la pena.

    ResponderEliminar
  4. Me alegra coincidir, Trecce. Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias, Arturo, parece muy apetecible tu recomendación. Conozco la Sierra de Francia, pero no Mogarraz que, me da la impresión de que no está tan superexplotado turísticamente como La Alberca. Voy a intentar acercarme.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Creo que no te defraudará, Solateras. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Tomo muy buena nota. Me parece muy interesante. Gracias

    ResponderEliminar
  8. Gracias por el interés, Néstor. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. El otoño ha llegado y el pueblo, Mogarraz, se viste con sus hermosos colores, acompañando el olor a mosto de la vendimia. Recordamos el verano con los momentos en la terraza, los juegos y la escritura. También el paseo y las figuras nuevas que he podido hacer.

    Besos Arturo y Angela

    ResponderEliminar
  10. Gracias, Alejandro, tal y como lo describes dan ganas de irse para allá inmediatamente. Fueron unos días estupendos, a ver si podemos repetir pronto. Besos para los tres.

    ResponderEliminar