martes, 28 de diciembre de 2010

¿Quién escribe el relato de la historia de España? (Reflexiones sobre la novela histórica española)

Recientemente participé en una mesa redonda sobre la novela histórica española organizada por los amigos de Hislibris. Me gustaría compartir con vosotros las notas que sirvieron de base para mi intervención. Huelga decir que cualquier comentario será más que bienvenido.

Abrazos a todos y mis deseos de que 2011 sea el año en que podamos dejar atrás esta amarga crisis.

¿Quién construye el relato de la historia de España?

En los últimos días estoy viendo la serie de TV Los Tudor, que relatan los acontecimientos en la corte de Inglaterra durante los primeros años del reinado de Enrique VIII. Algunos de los personajes más prominentes son la reina Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, e incluso el propio Emperador Carlos V. Inevitablemente, dada la debilidad de la enseñanza de la historia en nuestra secundaria, quienquiera que vea la serie la tendrá como una referencia principal para interpretar aquel periodo.

Esto me lleva a la reflexión que quería hacer hoy aquí. En nuestros días, ¿quién construye el relato de la historia de España? No es una pregunta baladí. El nuestro es un país con graves problemas de identidad, a menudo cohibido por una corrección política definida desde los nacionalismos periféricos, o desde una izquierda con nostalgias republicanas. Abordar la historia de España desde los medios de comunicación masivos es un ejercicio que siempre entraña el riesgo de hacernos caer en uno de los extremos: la afirmación de España mediante un cierto nacionalismo conservador, esencialista e imperial, o su puesta en tela de juicio a través de la historia reinterpretada por los nacionalismos vasco o catalán. Para evitar riesgos, lo mejor parece ser la ambigüedad.

Un buen ejemplo es la serie Águila Roja, súper producción de nuestra televisión pública. ¿Dónde transcurre? ¿Quién es el Rey de España en ese momento? ¿Cuáles son los grandes temas de la agenda española y global en esa hora histórica? Mejor no arriesgarse a ofender a nadie, y situar la serie en un marco ficticio, impreciso.

En Los Tudor, Catalina de Aragón aparece como una mujer religiosa, pero ecuánime y leal. Durante la celebración de un torneo, el cardenal Wolsey se admira de su popularidad. Tomás Moro le responde: “Es la hija de Isabel y Fernando. Tal vez la gente piense que es como debe ser una reina.” Carlos V es todo un hombre de Estado, solvente y cabal. Uno diría que los ingleses han superado sus leyendas negras y han aprendido a contar su relato sin ofender a los demás. Nosotros aún no parecemos haber aprendido a contar nuestro relato sin ofendernos a nosotros mismos.

Y creo que en el mundo hay dos categorías de países: aquellos que escriben su propio relato, y aquello cuyo relato es escrito por otros.

Creo que la novela histórica puede ser un magnífico medio para construir un relato que llegue al gran público. Desde luego, me gustaría que mis novelas contribuyeran a ello. Tal vez por ello he escogido una época en la que abundan particularmente las ideas preconcebidas y los prejuicios: la de la España prerromana. Tanto lo celtibérico como lo carpetovetónico remiten a cualidades primitivas, atávicas.

Me gustaría contribuir a una novela histórica española que reúna las siguientes características:

Que ayude a construir el relato histórico de nuestro país, reconociendo la diversidad y la pluralidad de España, pero también el poderosísimo tronco de historia común. Que aborde nuestras grandezas con moderación y sentido crítico, y nuestros fracasos con afecto y ánimo constructivo.

Que ofrezca a los lectores historias veraces y divertidas, historias libres de prejuicios, que hagan pensar, que nos ayuden a conocernos mejor, a reconciliarnos con nosotros mismos. Historias abiertas, inclusivas, generosas, que no le sirvan de mercenario ideológico a ninguna visión parcial de España.

Que busque la calidad literaria, siguiendo los pasos de los grandes narradores españoles que han cultivado el género: Salvador de Madariaga, Miguel Delibes, Vicente Blasco Ibáñez. Y, sobre todo, el mejor ejemplo de todo lo que he dicho: Benito Pérez Galdós.

Obviamente, yo estoy muy lejos de poder contribuir con efectividad a esos objetivos. Soy muy consciente de mis limitaciones en términos de dedicación y de talento. Pero sepan, simplemente, que cualquier contribución que pueda hacer, trataré de que sea en esa dirección.

16 comentarios:

  1. Pues efectivamente, hay que animar a los escritores españoles a que traten de seguir-cada uno a su manera, lógicamente- la huella de los grandes autores que citas.
    Y yo diría que hay ya muchos autores funcionando, aunque no al mismo nivel, pero el hecho de que se haya disparado el tema de la historia de España entre los novelistas hispanos ya es interesante y esperanzador, de por sí. Y quisiera destacar que hay autores que, antes del boom, llevaban muchos años haciéndolo, como Luis Delgado Bañón,que recupera y reivindica muchos episodios desconocidos o poco conocidos de nuestra historia naval, lo cual ya de por sí es loable.

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  2. No he visto aún, Arturo, la serie sobre "Los Tudor", y no conocía la que citas de "Águila roja". Sin embargo, hablando de series históricas, te recomiendo, si no la has visto, la serie "Roma". Yo acabo de revisitarla completa y la juzgo, literalmente, memorable. He escrito además en mi blog de cine un artículo sobre la misma.
    Saludos y Feliz Año Nuevo.

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  3. Debió ser un acto interesantísimo, a juzgar por las reflexiones que hiciste tú. Paso a desearte un feliz año nuevo y que nos sigas obsequiando con tus ideas y tus novelas. Un abrazo.

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  4. Hola Ario, gracias por tu comentario. Tomo nota de tu referencia a Luis Delgado Bañón; creo recordar haber visto alguna reseña tuya sobre sus libros en Hislibris o en tu blog; bucearé un poco para recuperarla.

    Igualmente leeré tu artículo sobre Roma, Fernando. Yo vi la serie en su momento y me gustó; es buen momento para volver a verla teniendo presentes tus comentarios.

    Y muy feliz año a ti también Isabel; ójala 2011 nos traiga otra de tus magníficos relatos.

    Un abrazo.

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  5. Muy interesante tu entrada, Arturo.
    Una lástima que el relato de la Historia de España esté lastrado por tanto prejuicio, somos muchos los que echamos de menos la ponderación, ecuanimidad e independencia que hacen falta. Eso no es óbice para que haya discrepancias, cosa muy sana, o interpretaciones dependiendo de la ideología de cada cual, pero eso debería ser lo secundario y aquí se ha convertido en lo principal.
    Un saludo.

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  6. Magníficas reflexiones, que comparto al cien por cien. Y no seas modesto, ya estás contribuyendo con la Historia de España destapando un período bastante "oscuro", que a mucha gente le suena más a "Conan" que a una realidad que explica por qué España es como es ahora.
    Y, como dices, de manera libre y sin caer en ningún tipo de apología.
    Feliz Año Nuevo, y que nos volvamos a encontrar en alguna feria (o cuando sea)...

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  7. Ponderación, ecuanimidad e independencia. No se podía decir mejor en sólo tres palabras, Trecce. Y eso de que las interpretaciones ideológicas aquí se han convertido en lo principal es algo muy certero. Es muy frecuente que en los debates nacionalistas todo el espacio vaya siendo progresivamente ocupado por las posiciones más extremas, como si las tres actitudes que tú reclamabas fueran un síntoma de debilidad, o incluso de deslealtad a las esencias. Pero yo me empeño en reclamar mi derecho a que nadie me diga cómo me tengo que sentir identitariamente.

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  8. Muchas gracias, Javier. Estoy impaciente por que venga tu próxima novela a seguir arrojando luz sobre esa época tan trascendental. Cuantos más seamos dispuestos a ofrecer puntos de vista de forma libre y lo más desprovista de prejuicios que podamos, mucho mejor. Un abrazo, Feliz 2011, y hasta ese próximo encuentro.

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  9. Hola Arturo soy un gran fan tuyo que acaba de descubrir tu magnífico blog. También soy un gran fan de la historia antigua por eso te recomiendo un blog que escribe la profesora de historia antigua de la UNED Ana María Vázquez Hoys.
    http://www.bloganavazquez.com/
    Además de las series de televisión existe la famosa saga española de videojuegos Imperium, donde se recrean a la perfección los grandes acontecimientos de Roma, especialmente en Imperium II sobre las conquistas de Aníbal e Imperium III sobre las grandes batallas de Roma y sus desafíos y potagonizado por Aníbal, Viriato, Marco Aurelio, Augusto...
    Feliz Año 2011!! Y un abrazo de parte de Asdrúbal

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  10. Bienvenido al blog, Asdrúbal. Gracias por la pista al blog de Ana María, como verás ya lo he puesto entre mis enlaces favoritos. Y también por mencionar los videojuegos de Imperium; no soy muy asiduo a los videojuegos, pero seguro que merecerá la pena echarlos un vistazo.
    Un abrazo y feliz 2011 también para ti.

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  11. Me encantan tus limitaciones. Al menos las que he leído hasta ahora... Y no solo me gustan a mí, por lo que veo. Y me gustan en especial por lo que tienen de literatura, de ejercicio del imaginario particular y colectivo, de asunción de la historia y la vida como verdadera, imaginada e imaginable (a)ventura. No te digo nada nuevo.
    Un abrazo, eso sí, novianual.

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  12. No sé si es nuevo o no, amigo Julio, pero desde luego me encanta lo que dices. Venturosos los aventureros. Y los que viven bien pertrechados de literatura, y de abrazos.
    Otro para ti.

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  13. Alguna vez, todos los que nos apasiona la historia nos hemos preguntado quién ha contribuido con su pluma, a la imagen que, de los hechos, tenemos en la cabeza. Coincidí con Jorge Benavides hace relativamente poco, y estuvimos debatiendo sobre este mismo tema. Desde mi humilde punto de vista opino que, la novela es ficción, busca ser ficción. Recae sobre la conciencia del escritor ser fiel a la historia, dotar de cuerpo y peso a la obra. Pero nada se le puede reprochar al que no le brinde esos atributos a su retoño. El que busque entretenimiento creerá que hubo 22 dictadores, de los que sólo conocemos un par. El gourmet literario leerá unas cuantas críticas (si cabe) y sencillamente, no comprará la obra.
    Un saludo desde El estante.

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  14. Me parece una reflexión muy interesante, Pandora, gracias. Estoy de acuerdo contigo en que la novela es ficción por definición, y que el autor tiene plena libetad para ser o no fiel a lo que se conoce de la historia. Aunque también creo que lo que un autor no puede hacer es trampas al lector, vendiéndole algo por lo que no es. Todo es lícito, si el lector tiene la información suficiente para saber interpretar lo que lee.
    Te confieso mi despiste con la referencia a los 22 dictadores. Me temo que necesitaría una aclaración.
    Me pasaré a saludarte por El estante.
    Un saludo.

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  15. Hola Arturo. Hablaba de la disposición del lector a creer lo que se le cuente. Por ejemplo, he leído críticas donde se pone "a bajar de un burro" al autor por escribir que cierta nave, tenía 14 metros de eslora en vez de 16. Me refería a la exageración de la crítica, en lo que al rigor histórico se refiere, ya que el lector sabe de antemano, que va a leer una novela, no un tratado.
    Espero que la aclaración te resulte satisfactoria :)
    Recibe un saludo.
    Un placer tenerte en El estante.

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  16. Claro que sí, Pandora, todo claro, gracias. No cabe duda de que hay lectores y criticos para todos los gustos. Lo mejor es que la literatura se explique por sí sola.
    Un saludo.

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