
Con qué placer, Sócrates, llego al término de mi discurso. Me parece, al fin, respirar tras una larga jornada. Que el dios que nació un día, en tiempos remotos, y al que hemos vuelto a hacer nacer ahora de nuevo mediante nuestras palabras, no nos abandone y conserve cuantas verdades hayamos podido decir.
Con estas palabras de Timaios comienza uno de los más extraños y sorprendentes diálogos de Platón. En él relata, haciéndose eco de las enseñanzas de antiguos sacerdotes egipcios, el origen, el esplendor y la caída de la Atlántida, una "isla más grande que la Libia y el Asia reunidas, [...] sumergida hoy en las aguas a causa de temblores de tierra". El diálogo contiene una descripción extraordinariamente precisa de la situación de la isla y de la configuración de su capital; es de enorme interés. Si no lo habéis hecho ya, os recomiendo su lectura.
El caso es que recientemente leí en el diario ABC una noticia que hacía referencia a un documental de National Geographic en el que un grupo de investigadores asegura que los restos de la capital de la Atlántida debe encontrarse bajo las marismas de Doñana. Será muy interesante oir opiniones expertas sobre esta teoría, ciertamente sugerente. De momento, por si queréis profundizar en la notica, os adjunto el enlace, y reproduzco algunas imágenes del reportaje que nos muestran una ciudad, de aspecto improbablemente griego, pero muy atractivo.
http://www.abc.es/20110314/ciencia/abci-national-geographic-situa-atlantida-201103141731.html