—Me atrae poderosamente la figura de Aníbal; lo veo como el sucesor de Aquiles y de Alejandro, figuras capaces de dejar una huella indeleble en quienes los conocieron, y también en el imaginario colectivo de la humanidad. Además, creo que Aníbal encarna un proyecto “imperial” basado en la diversidad, mientras que el modelo romano se basó en mayor medida en la uniformidad.
Y, aunque en efecto he leído otras novelas sobre Aníbal, creo que no me han influido mucho, porque sitúo al personaje en una edad, la más temprana juventud, que ha sido relativamente poco tratada. Quizá la influencia más clara que he tenido ha sido el famoso Retrato que de él hizo Tito Livio en el Libro XXI de la Historia de Roma desde su fundación. Pero sobre todo he intentado imaginar cómo debió ser un joven púnico sumergido desde la infancia en el corazón de los acontecimientos políticos y militares de aquel tiempo, y fascinado con la figura de Alejandro Magno y del mundo helenístico.
—Uno de los personajes, Anglea, resume un poco la visión que los íberos tenían de la mujer, a la que tenían en alta estima. Tenemos mucho que aprender hoy en día de sociedades que siempre hemos creído bárbaras, ¿no crees?
—Desde luego, todas las fuentes coinciden en atribuir un notable papel a las mujeres dentro de las sociedades prerromanas. Anglea es la expresión de ese papel, y simboliza además la capacidad que le atribuyo a las mujeres de corregir muchos de los errores y desequilibrios que siempre ha mostrado la sociedad moldeada por los hombres. Anglea toma las armas cuando es preciso, pero equilibra esa aceptación de la violencia con una personalidad también atenta a la afectividad, la humanidad, incluso el humor y la intuición. Es también una persona pragmática y positiva, pero abierta a la dimensión mágica y enigmática de la existencia. Creo que queda claro que soy un admirador incondicional de Anglea.
—“El heredero de Tartessos” es tu primera novela, fruto de más de cinco años de trabajo según aseguras. Pero, ¿es tu primer trabajo literario, o hay obras anteriores guardadas en el disco duro de tu ordenador?
—Desde que tengo uso de razón he sido un escritor compulsivo y he hecho un poco de todo: relatos, traducciones, ensayos, artículos profesionales. Pero El heredero de Tartessos es mi primera novela. Y he descubierto que es una experiencia extraordinaria, en la que un escritor puede explicarse a sí mismo por completo. Así que no será la última.
—¿Qué tal el trabajo con la editorial? ¿Ha sido gratificante?
—Mi editor, Alberto Santos, ha sido clave para convertir en realidad el proyecto de El heredero de Tartessos. Me mostró el camino que lleva desde un montón de folios recién salidos de la impresora hasta una novela en el mostrador de una librería. Un camino mucho más laborioso de lo que yo me hubiera imaginado. Y me ayudó a pulir el manuscrito, haciéndolo más sólido, más solvente. Ha merecido la pena.
—“El heredero de Tartessos” parece gozar de una salud envidiable, habida cuenta de que ya ha traspasado con éxito la segunda edición. ¿Estás satisfecho, o aún esperas más de la novela?
—Estoy feliz y más que satisfecho con el éxito que está teniendo el libro. Pero, puestos a soñar, ¿por qué no ir aún más allá? No pocos lectores me han comentado que la novela tiene un ritmo muy cinematográfico. Así que, ¿quién sabe?, tal vez algún día alguien se anime a llevar a Gerión y a Anglea a la gran pantalla.
—La promoción de la novela te ha llevado a muchos lugares de España. ¿Qué tal la experiencia de contactar con el lector?
—Si tuviera que dar una sola razón por la que amo escribir novelas, no sería el tiempo de feliz intimidad escribiendo en el cuaderno o en el ordenador, rodeado de libros y mapas. Lo más hermoso es el encuentro cara a cara con los lectores, conversar unos minutos, entregar el libro y estrechar la mano sabiendo que entre Dora o Alfonso o Josep o Stefan o Alicia o Álvaro y yo mismo acaba de crearse una complicidad única. Ellos y yo compartimos un relato, un paisaje, un conjunto de personajes, una aventura. Es algo completamente adictivo.
—¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?
—Estoy comenzando a trabajar en una nueva novela. Y, dado que a medida que he profundizado en la época de la presencia cartaginesa en la Península Ibérica, me ha ido pareciendo cada vez más fascinante, espero continuar explorándola.
—Arturo, ha sido un placer charlar contigo. Mucha suerte con la novela y esperemos que sea la primera de muchas.
—El placer ha sido mutuo, Javier, muchas gracias. Y suerte también a este espléndido proyecto que es Ilike Magazine.