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Ayer me dediqué, cómo no, a las salas dedicadas al arte griego, romano y etrusco. Y sólo puedo deciros que, si tenéis la oportunidad, no la desaprovechéis. Por muy familiarizado que uno esté con la antigüedad clásica, la impresión de equilibrio, de exploración de los contornos de la condición humana, de belleza perdurable, es impresionante. Tuve la sensación de que esas estatuas, esas pinturas, esos objetos asombrosamente bellos, crean los espacios que quiero habitar.
Algunas piezas me impresionaron de un modo especial: el kouros ático de mármol, con su enigmática alegría; el sarcófago romano llamado de Badmington, representando a Dionisos montado en su pantera, rodeado de sus seguidores, recordando todos ellos que no tiene por qué ser la muerte motivo de duelo; el carro funerario etrusco, con la escena en bronce en la que Tetis le entrega una armadura a su hijo Aquiles, para reemplazar la que perdió Patroclo en su combate con Héctor. Sólo este carro merece una visita a Nueva York.
Pero como no sólo de arte antiguo vive el hombre, os incluyo un par de imágenes de Central Park cubierto de nieve. Fue un paseo tan memorable como la visita al museo. Por lo menos.
Vale.
El caso es que en el Museo del Teatro Romano de Cartagena descubrí un aliciente adicional: la exposición ARX ASDRUBALIS. La ciudad reencontrada (Arqueología en el Cerro del Molinete de Cartagena). "La exposición muestra, por vez primera, los resultados de las recientes excavaciones arqueológicas en el cerro del Molinete de Cartagena, englobadas en el proyecto Parque Arqueológico del Molinete. Tras un recorrido por los principales hallazgos arqueológicos en la zona y sus hitos urbanísticos, se expone una selección de las 100 piezas más significativas recuperadas en las recientes excavaciones, entre las que sobresalen capiteles toscanos, jónicos y corintios, esculturas, epígrafes, pinturas, monedas y pequeños instrumentos y cerámicas relacionados con la vida cotidiana. La muestra está acompañada de recreaciones virtuales y gran cantidad de recursos interactivos que hacen atractiva y amena la comprensión de los vestigios arqueológicos documentados. Comisarios: José Miguel Noguera Celdrán y María José Madrid Balanza." Podéis visitarla hasta el 11 de abril.
Es sólo el inicio de un proyecto apasionante: recuperar los restos de la Qart-Hadasht fundada por Asdrúbal Barca alrededor del 226 a. C., una ciudad que en sus efímeros momentos de esplendor aspiró a convertirse en la gran metrópolis dominante en el Mediterráneo occidental. Me encantó ver los cinco montecillos que dan relieve a la ciudad, e imaginar la gran ciudad púnica que un día se extendió entre ellos. Si un día tienen continuidad las aventuras de Gerión y Anglea, este será uno de sus escenarios.
Vale.