Una de mis piezas favoritas del Museo Arqueológico de Córdoba es una espectacular dama íbera, posiblemente una sacerdotisa, que se aferra la túnica en un gesto no se sabe si de angustia o devoción. Por una de esas carambolas de la toponimia, fue hallada en el Cortijo de las Vírgenes de Baena. Lástima que no haya llegado
hasta nosotros su cabeza. La estatua decapitada acentúa el misterio que
representa para el espectador la espiritualidad íbera, pero nos priva de un deseado encuentro cara a cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario