viernes, 27 de noviembre de 2009

Julio Castelló escribe sobre "El heredero de Tartessos"

Julio Castelló, amigo y poeta imprescindible, y asiduo visitante de este blog, ha publicado recientemente en el suyo una nota sobre El heredero de Tartessos. La reproduzco a continuación porque incluye algunas claves sólo accesibles a quien me conoce (y quiere) bien. Y, de paso, os invito a todos a que visitéis con regularidad el blog de Julio. Disfrutaréis de magníficos poemas y fotografías, de sus siempre útiles sugerencias, y os mantendréis al corriente de muchas cosas interesantes que se anuncian en el mundillo cultural de Madrid. Gracias por todo ello, Julio.

http://juliocastello.blogspot.com/

Arturo Gonzalo Aizpiri: El heredero de Tartessos

A Arturo Gonzalo Aizpiri se le notan entre líneas su bautismo literario en fanzines como Blagdaross, allá por los 80, y su primer precoz amor por la literatura de género: terror, ciencia ficción, fantasía... Y se le notan para bien. Si Tolkien hubiera escrito hoy narrativa histórica, se parecería a El heredero de Tartessos.

Arturo no podría haber dado a luz otra novela que esta, cuajada de orígenes y pasión por la tierra, de épica aventura, de humana nobleza, de emociones puras... de esas que encogen el corazón a pesar de que lo dilatan, o precisamente por eso, y ponen el estómago a temblar al borde de los párpados (y yo no soy de lágrima particularmente fácil; solo lloro, por inerme desazón, en los telediarios).

A Arturo se le nota también la herencia consanguínea de los clásicos, de la épica homérica que su padre aún recita en griego, y del sobrio páramo castellano machadiano, muy del 98 y muy del 2010, que lo ha habitado y lo habita. Su estilo sólido y puntilloso como un bloque de granito o un roble centenario posee la virtud, de que solo hacen gala las grandes obras, de satisfacer el paladar recién estrenado del adolescente y el refinado y exigente del avezado lector, siempre que se ame la palabra y se esté dispuesto a disfrutar, como lo haría un celtíbero, "con una buena historia". O aun mejor si, como esta, es excelente.

viernes, 20 de noviembre de 2009

"El heredero de Tartessos" en la Fundación Vallecas Todo Cultura


Tal y como os anuncié, ayer por la tarde celebramos un acto de presentación y firma de ejemplares de El heredero de Tartessos en la Fundación Vallecas Todo Cultura. Intervinimos Enrique Baquedano (Director del Museo Arqueológico Regional y prologuista del libro), Lauro Olmo (Profesor de Arqueología de la Universidad de Alcalá de Henares, que es quien aparece hablando en la fotografía) y yo mismo. La presentación corrió a cargo de José Molina, de la Fundación Vallecas Todo Cultura, y también participó en el acto Alberto Santos, de Imágica Ediciones, editor del libro.

Creo que fue una reunión magnífica, con espléndidas intervenciones de Enrique y Lauro, y un debate muy vivo lleno de humor y de referencias literarias, históricas e incluso políticas. Todos lo pasamos en grande, en especial porque prolongamos la sesión tomando unas cañas y unas tapitas en un bar cercano. Gracias a Enrique y Lauro, a Pepe y Alberto, y a Félix y al resto de la estupenda gente de Vallecas Todo Cultura.

Si queréis ver más fotos del acto, podéis hacerlo en el enlace:

http://www.fundacionvallecastodocultura.org/ACTIVIDADES/2009/Presentacion%20Tartessos.html

Saludos,

Arturo

viernes, 13 de noviembre de 2009

Presentación y firma de ejemplares de "El heredero de Tartessos" en Vallecas Todo Cultura

El próximo jueves 19 de noviembre a las 19.30h tendrá lugar un acto de presentación y firma de ejemplares de mi novela El heredero de Tartessos en la Fundación Vallecas Todo Cultura. Para quienes no la conozcáis, os comento que Vallecas Todo Cultura es una de las organizaciones de referencia del movimiento ciudadano de Madrid, habiendo recibido en 2004 el Premio Nacional de Fomento de la Lectura.

En el acto intervendrán Enrique Baquedano (Director del Museo Arqueológico Regional y prologuista del libro), Lauro Olmo (Profesor de Arqueología de la Universidad de Alcalá de Henares) y Arturo Gonzalo Aizpiri (yo mismo, es decir, el autor). La moderación correrá a cargo de Antonio Albarrán, Presidente de la Fundación Vallecas Todo Cultura.

El acto tendrá lugar en la sede de la Fundación (C/La Diligencia 19, esq. Buenos Aires).


Nos vemos allí.

Saludos,

Arturo


sábado, 7 de noviembre de 2009

Fuentes de Pompeya y Herculano


Una última entrada sobre nuestra visita a Pompeya y Herculano, para celebrar sus fuentes públicas. Sólo en Pompeya se conservan más de cuarenta repartidas por toda la ciudad, para que estuvieran al alcance de todo el mundo. Según el libro de Mary Beard (Pompeya, historia y leyenda de una ciudad romana), se calcula que muy pocos pompeyanos vivían a más de ochenta metros de una fuente pública.

Merece la pena recorrer la ciudad buscándolas. Son todas diferentes, y cuando se hace brotar el agua cada una de ellas habla de quienes la utilizaron.


Vale.






domingo, 1 de noviembre de 2009

24 de agosto del año 79 d. C.: Pompeya y Herculano


El 24 de agosto del año 79 d. C. el Vesubio entró en erupción y una lluvia ardiente de ceniza y lapilli comenzó a caer sobre las ciudades próximas al volcán. El pánico se apoderó de Pompeya, Herculano, Oplonti y otras pequeñas localidades, y miles de ciudadanos trataron de reunir sus pertenencias más valiosas y darse a la fuga. Muchos lo lograron. Otros, algunos miles, dejarían la huella de sus cuerpos retorcidos, como un turbio grito de angustia a través de los siglos, para estremecer a quienes los encontraran en un futuro inimaginable para ellos.

Produce ahora una emoción difícil de describir pasear por aquellas calles. Después de un par de días inmersos en el caos de Nápoles, el contraste es absoluto con la ausencia de vida, la regularidad y la pulcritud de Pompeya y Herculano. Las ciudades parecen acabar de salir de los planos de un urbanista entregado al orden y la racionalidad. Las calles rectilíneas, con sus altas aceras y su pavimento de losas de piedra, se salpican regularmente con fuentes públicas y tabernas, con termas y lupanares, con panaderías y villas decoradas con frescos y mosaicos. Todo está previsto, todo está organizado. Aquí el Foro con los templos y los edificios administrativos; allá los dos teatros, más allá el anfiteatro; en las calzadas que abandonan la ciudad se alinean las necrópolis. Hay un sitio para los gimnasios, para los mercados, para los aljibes.

Es muy fácil sacudirse de encima la impresión de que uno está ante un decorado. Allá donde se mire hay un signo de vida que ha saltado a través del tiempo. Sobre uno de los frescos de la Villa dei Misteri alguién grabó una caricatura del dueño de la casa. Las roderas de los carros en el pavimento de piedra atestiguan muchos siglos de vida en esas calles hoy desiertas. En la Tienda de las Jarras de Herculano se anuncia todavía el precio del vino y el último espectáculo que ha llegado a la ciudad. En otra taberna hay un Príapo pintado detrás del mostrador para alejar el mal de ojo.

Volvemos hacia Nápoles en el tren de la línea Circumvesuviana. Las estaciones están cubiertas de pintadas que se acumulan unas sobre otras desde hace décadas. A través de la ventanilla se sucede el espectáculo de abandono y suciedad.

Uno se pregunta por qué todos los empeños de los hombres tienen dentro el germen de su ruina desde su concepción. Por qué la Humanidad sigue un curso tan intrincado y dramático. Por qué nos resulta tan difícil aprender. Y recordar.

Vale.