sábado, 29 de octubre de 2022

DE LEGIO A LEÓN (El centro de interpretación del León romano)

 


En años recientes el Ayuntamiento de León ha puesto fin a una clamorosa ausencia en la ciudad: la atención al campamento legionario que le dio nombre. La puesta a disposición de leoneses y visitantes de un recurso museístico presentando una visión integral del pasado romano de la ciudad es una magnífica noticia. Y más aún porque el Centro de Interpretación del León romano, sito en la Casona de Puerta Castillo, cuenta con no pocos aciertos y atractivos.

 En sus sucesivas salas se aborda una presentación general del ejército romano, el relato de las guerras cántabras, el asentamiento en el lugar de la Legio VI Victrix primero y de la Legio VII Gemina Pia Felix después, legión está fundada por el emperador Galba en el año 68 y establecida en León de forma permanente en tiempos de Vespasiano (74-75). Se explica también la organización de los campamentos legionarios, incluyendo la recreación de un contubernium, el habitáculo donde los legionarios dormían y pasaban en mutua compañía sus horas de ocio. Se relata la evolución del viejo campamento y sus murallas, hasta la construcción de la formidable Muralla de los Cubos en época tardoimperial, y que se conserva aún, enhebrada en el actual tejido urbano, en la mayor parte de su recorrido (un segmento de su adarve puede visitarse accediendo desde el propio centro). 

La exposición es amena y está actualizada: incluye una recreación de armamento y panoplia militar muy vistosa y tiene interesantes carteles con abundantes imágenes tomadas de esos grupos de recreación histórica que se están poniendo tan de moda últimamente. Si algo se echa en falta es que no haya ningún triste catálogo o alguna otra publicación sobre el tema y el lugar. Espero que sea algo que no tarden corregirse. 

El visitante sale del centro invitado a ver la ciudad con otros ojos. Y admirado una vez más por el extraordinario legado histórico de la antigua Roma, una civilización para la que todo, incluidas las legiones y sus campamentos, estaba llamado a perdurar. La Legio VII tuvo su asiento en la capital leonesa durante tres siglos. Ahora estamos seguros de que ese formidable hecho histórico no caerá en el olvido.


















sábado, 1 de octubre de 2022

LA MIRADA DE CÉSAR EN BERLÍN (Tras las huellas de César I)


Bien utilizados, los intersticios de un viaje de trabajo dan para mucho. No fue más de una hora lo que tuve desde que terminé mis reuniones de trabajo en Berlín hasta que debí tomar el taxi al aeropuerto, pero me bastó para dar un delicioso paseo por el Altes Museum, en la Isla de los Museos. El no poder detenerme en una visita pormenorizada me obligó a quedarme con la impresión general y a no detener la atención más que en un puñado de piezas extraordinarias.

La verdad es que fue como un bálsamo. Es el efecto que me produce el mundo clásico, especialmente esa forma de expresión sublime del espíritu griego que es la estatuaria, de mármol o bronce, con el ser humano como medida y reflejo de la virtud, los mitos, el placer y la belleza. Creo que no se puede mostrar mejor el amor y la ternura que con el abrazo de Eros y Psique en la escena de "El asno de oro" de Apuleyo que los antiguos (como mucho más tarde Antonio Canova) se atrevieron a convertir en piedra.

Sin embargo, de las joyas del museo, me quedo con los bustos de Cleopatra y Julio César, en especial con el de este. Lo llaman el "César verde", porque esa es la tonalidad del mármol de Egipto en que está tallado, piedra que evoca al bronce. Es póstumo y representa a César con una toga; según la cartela, su rostro muestra "energía, ímpetu, austeridad y autoridad". Unos ojos de marfil incrustados en época moderna le confieren una desasosegante expresión, como de autómata.

Pasé algunos minutos observando a César; quiero decir a su imagen copiada de un número indeterminado de copias anteriores.  Por la disposición hábilmente elegida por el museo, parece observar a Cleopatra, con una opaca mirada a la que se asoma una mezcla de afecto y anhelo, como si se tratara de algo amado que ha perdido para siempre. El personaje me suscitó una curiosidad recién descubierta. Sin duda, la huella de César está más presente en "Los comentarios de la guerra de las Galias", que leí hace ya muchos años, que en el bloque de mármol gris verdoso que tenía ante mí, pero eso no hizo menos sugerente la chispa de descubrimiento que experimenté, la sensación de haber comenzado a ser cautivado. La certidumbre de que algo, tal vez un nuevo proyecto viajero y literario, acababa de comenzar.