viernes, 29 de octubre de 2021

EL "FAKE" DE ANÍBAL EN EL PRADO (Dibujos Arqueológicos XVI)

 


La huella dejada por la figura histórica y militar de Aníbal Barca fue profunda y duradera. En el siglo XVI se identificó con él una cabeza de factura romana de finales del siglo II e. C. que probablemente representaba a un indio del Foro de Trajano, y se le añadió el magnífico busto que ahora completa la pieza que se exhibe en el Museo del Prado. Hoy diríamos que es un fake de Aníbal, un hermoso híbrido de imaginación, arte y arqueología. 


viernes, 22 de octubre de 2021

"ETRUSCOS, EL AMANECER DE ROMA" en el MARQ


La exposición «Etruscos, el amanecer de Roma», que exhibe el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), es una valiosa demostración de la extraordinaria sofisticación que alcanzó una de las más cercanas, pero peor conocidas en España, civilizaciones mediterráneas. En la exposición se presenta la religiosidad como un elemento central del mundo etrusco; los etruscos atribuyeron a la divinidad el sentido de todo lo que acontece y desplegaron en las representaciones funerarias algunas de sus expresiones artísticas más características, muy bien representadas en las salas del MARQ.

Paseando por esas salas, escuchando la sugerente música ambiente de Ludovico Einaudi, es fácil sentir la nostalgia de las cosas bellas que se han perdido.  ¡Cuántas manifestaciones singulares del espíritu humano han sido extirpadas por la voracidad uniformadora de los imperios de todos los tiempos, y del romano en especial! La civilización etrusca fue apisonada por Roma pero, paradójicamente, precisamente en ese hecho residió una forma de supervivencia. En ocasiones la forma de perdurar de los perdedores es, precisamente, ser apropiados por los vencedores, penetrar como una enredadera en sus costumbres, sus creencias, su forma de vivir y morir.

Ese fue el caso de los etruscos: el panteón romano, el sistema numérico, los signos de poder, la arquitectura, la música o el teatro de Roma son en realidad préstamos culturales etruscos. Los etruscos perduraron moldeando el alma de Roma, sí, pero no pudieron entregarles su lengua, que se perdió para siempre. El recuerdo de Etruria es hoy memoria sin voz.

Tenéis tiempo hasta el día 10 de diciembre para ir a Alicante a visitar la exposición; os recomiendo que no dejéis de hacerlo.
















 

jueves, 14 de octubre de 2021

José Tono Martínez presenta "EL ANILLO DE GIGES" en EL PERISCOPIO

 


Con un retraso causado por los sobresaltos de la pandemia, por fin vamos a tener el placer de contar con José Tono Martínez en nuestro local El Periscopio, de Ediciones Evohé. Tono nos hablará de su último libro, El anillo de Giges, las peregrinaciones heterodoxas por Santiago, y de todo aquello que le queramos preguntar. Si quieres tener una buena conversación sobre literatura, historia y mitos jacobeos, te esperamos el viernes 22 a las 19:30 horas.

El anillo de Giges es un homenaje a Valle-Inclán y a J. R. R. Tolkien y a la tradición del anillo iniciada por este pastor tracio, si hemos de creer a Platón. El autor, al centrarse en Las peregrinaciones heterodoxas por Santiago, confiesa su propósito de contribuir a remitificar el Camino de Santiago, devolviendo algo de «chispa» a la exégesis un tanto triste que se nos suele proponer, y reconectando el Camino con su tradición celta y pagana.

Tras su Hijos del Trueno. Mitos y símbolos en el Camino de Santiago, prologado por Carlos García Gual, y con dos ediciones en Evohé, el autor busca alejarse de la imagen edulcorada del peregrino antiguo (y a veces del moderno) en cuanto ser piadoso y santo.

El anillo de Giges dedica una importante sección a heterodoxos y alquimistas, centrándose, entre otros, en Arnau de Vilanova, Raymundo Lulio y Nicolás Flamel, intérpretes del Cuerpo Hermético y buscadores de la Quintaesencia.

También comparecen los peregrinos olvidados, las peregrinas, pues toda mujer que peregrina es una rebelde, las beguinas de Hildegarda de Bingen, y las brujas y las hechiceras, depositarias del saber antiguo. Y otros grupos invisibilizados por la historia ejemplarizante del peregrino medieval: los chicos y jóvenes, los mendigos y los peregrinos del precariado, y los peregrinos gais.


miércoles, 6 de octubre de 2021

LA BODA DE ANÍBAL E IMILCE (Galería de ilustraciones de la TRILOGÍA DE ANÍBAL XXVI)

 


Es muy poco lo que sabemos sobre el matrimonio de Aníbal y la oretana Imilce, princesa de Cástulo; tenemos tan solo una vaga referencia de Tito Livio y algunos fragmentos del poema épico La Guerra Púnica, de Silio Itálico. Por eso, la escena que lo describe en La cólera de Aníbal, con el ritual que llevan a cabo ambos cónyuges en el templo de Atargatis de Qart Hadasht, en presencia del Sumo Sacerdote Zekárbal, es una combinación de unos pocos puntos de apoyo procedentes de los textos clásicos y de la arqueología, y, sobre todo, mucha imaginación.

En su nueva ilustración, Sandra Delgado nos hace centrar toda la atención en los tres protagonistas; en sus actitudes, sus adornos personales, sus manos y sus miradas. Y en ese gallo alrededor del cual todo gira: los sacerdotes tocando sus cuernos, la bahía de Qart Hadasht ocupando el horizonte en un vertiginoso escorzo cenital. Una maravilla. 

Si queréis refrescar la escena (pág. 246):

En ese momento se abrieron las puertas del templo y salieron Aníbal e Imilce tan radiantes de júbilo, juventud y belleza que la multitud enmudeció de admiración. Sósilo tuvo la certidumbre de estar viviendo un momento memorable, uno de esos que sirven para señalar, como miliarios romanos, los grandes hitos de los asuntos de los hombres. Trató de observar cada detalle, sintiendo de pronto la responsabilidad de tener que ser precisamente él quien dejara registrados para el porvenir aquellos sucesos extraordinarios.

Bajo la atenta mirada de Imilce, Aníbal se aproximó al Rab Kohanim y le entregó el gallo sacrificado. Esa fue la señal para que los sacerdotes comenzaran a tocar sus instrumentos y un clamor de alborozo se alzó en el patio del palacio. Poco después un eco le respondió desde la ciudad, que subió de tono hasta convertirse en un estruendo.