-No
puedo dejar de imaginar a Aníbal en ese instante –continuó-. Los criados que le
son fieles le han advertido de la llegada de la embajada romana; ha intentado
ver a Prusias para reclamarle que honre sus obligaciones de anfitrión o que le
facilite los medios para huir, pero este le ha ordenado que aguarde en sus
aposentos. Escucha pasos apresurados por el corredor y reconoce el repiqueteo
metálico de las tachuelas de las sandalias de los legionarios romanos. Suenan
golpes imperiosos en la puerta. Sabe que la larga contienda de su vida ha
llegado a su fin y duda de si todo ha merecido la pena. Recuerda a su padre
Amílcar y a tantos compañeros de armas que han quedado por el camino. Recuerda
la gloria en Cannas y la humillación en Zama, se pregunta si todo hubiera
podido ser de otra manera. Si ha sido víctima de sus propios errores o del
hartazgo de los dioses ante la pasión abrasadora de un hombre que nunca supo
renunciar a nada. Para todas sus preguntas sólo tiene una respuesta: que en la
hora de su derrota no será paseado como trofeo, vencido y ultrajado, por las
calles de Roma.
»Se
echa a la boca el contenido de su sortija y un fuego acerbo le abre la puerta a
la oscuridad donde nada importa, donde todo se olvida…
Para conocer los libros de la Trilogía de Aníbal:
El cáliz de Melqart (Premio Hislibris Mejor Novela Histórica Española 2014)
La cólera de Aníbal (Premio Hislibris Mejor Autor Español de Novela Histórica 2019)
Y no olvidéis que las ilustraciones de Sandra pueden obtenerse en impresiones artísticas de gran calidad en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario