domingo, 12 de enero de 2014

"Porque nosotros somos ellos": el teatro romano de Caesar Augusta



Se toma en Atocha el AVE 03093 a las 9:30 h. y a las 10:15 se baja uno en la estación de Delicias de Zaragoza. Si se está realmente impaciente, se toma un taxi, y 15 minutos después estamos ya ante nuestro destino: el teatro romano de Caesar Augusta, en el corazón de Zaragoza. Conviene entonces tomarse un café para ponerse en situación: en Madrid uno estaría todavía remoloneando con el periódico en la prolongación del desayuno de fin de semana, pero basta una hora y media para producir este prodigioso cambio de escenario. 

Ahora ya puedo comenzar la visita dando un paseo por las pasarelas de madera aún desiertas: este es el momento más hermoso, cuando se puede lanzar la imaginación al pasado para extraviarse en las ensoñaciones de la Historia. Estas piedras fueron puestas aquí en la primera mitad del siglo I; en estas gradas se sentaron en su día seis mil espectadores para reir o llorar, para dejarse conmover por la palabra y la expresividad humanas en compañía de sus conciudadanos. Observo las casas arremolinadas en torno al solar del teatro y me asombro al recordar que la ubicación del teatro era un misterio hasta su hallazgo en 1972. ¡Todo un teatro romano ignorado bajo los adoquines de una ciudad como Zaragoza hasta antesdeayer! Siento una efervescencia de impaciencia y curiosidad al imaginar todo lo que queda aún por descubrir. 

Después ya puede uno prestar atención al museo, y es una grata sorpresa comprobar la atención que se ha puesto en descubrir al visitante la sofisticación de los teatros romanos. Nada me llama tanto la atención como un plano que muestra la procedencia de los mármoles utilizados en la construcción: hay piedra de diversos colores procedente del Norte de África, Italia, Turquía, Grecia, el Levante hispano y los Pirineos franceses. ¡Y nosotros creemos que la globalización es un producto de nuestro tiempo!

Dedicamos los últimos minutos de la visita al clásico audiovisual que se proyecta en un escueto auditorio. Muy recomendable, con reconstrucciones virtuales de Caesar Augusta y de la evolución de la ciudad hasta convertirse en la Zaragoza actual. La voz del narrador reflexiona sobre el valor de la investigación arqueológica y se pregunta por qué debemos prestar atención a gentes que vivieron y dejaron sus obras hace dos mil años. "Porque nosotros somos ellos", se responde. La frase se queda rondando en mi cabeza y reconozco que es un gran acierto. Nosotros somos ellos, ciertamente. Nosotros somos todos quienes han sido antes de nosotros. No conocerlos a ellos es no terminar de conocernos a nosotros mismos.






2 comentarios:

  1. Si que vale la pena la visita. Me recuerda a la que realicé el pasado verano al teatro romano de Málaga con una exposición y un documental audiovisual, también muy interesante.

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  2. Pues me lo apunto, Íñigo. El de Málaga no lo conozco. Saludos y buena semana.

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