sábado, 18 de marzo de 2023

LA PINTURA TIENE UN FINAL SIN FIN (Manolo Quejido en el Palacio de Velázquez de El Retiro)


«Distancia sin medida» es el título de la exposición de Manolo Quejido en ese bellísimo espacio que es el palacio de Velázquez del Retiro, vinculado al Reina Sofía. Puede visitarse hasta el 16 de mayo. Merece mucho la pena.

Me ha resultado impactante la extraordinaria diversidad de registros del artista, como si cada sala perteneciera a uno diferente. Desde los lienzos inflamados por la violencia primordial del color, expresión pura y diáfana de la luz, hasta el cuaderno «Sangre» como una ventana a la textura del tiempo de observación de Quejido y de su intimidad con la tinta y el papel. Desde enormes lienzos de geometría acrílica a un «tridelirium» de pequeñas cartulinas saturadas de filigranas de tinta china.

Entiendo que el punto de encuentro es la esencial emoción que agita al artista. ¿Pero es esa emoción distinta cada día? ¿Somos personas distintas cada día? ¿Somos a lo largo de la vida personas diferentes alojadas en una misma memoria? ¿Qué es lo que hace que, a pesar de la incesante transformación, sigamos siendo nosotros mismos?

Quizá consciente de este abanico de preguntas y alternativas que le suscita su obra al espectador, Quejido incluye textos en sus pinturas para servirnos de brújula, de rótulos señalando la dirección en un territorio desconocido. «BLA-BLA-BLA». «Al pintar ponerle fin, la pintura tiene un final sin fin».

Al final no sé bien a qué carta quedarme. El conjunto produce una impresión de compulsión, de mirada incapaz de quedar en reposo. Tal vez el anhelo que arde en todas las obras que nos ofrece Manolo Quejido no sea otro que el de su más íntima e infatigable libertad.



















 

No hay comentarios:

Publicar un comentario