Íbamos esta mañana por la calle Concepción Jerónima, junto a Tirso de Molina, aprovechando para dar un paseo por el centro antes de que nos confinen, y dimos por azar con la Imprenta Municipal de Madrid, con una sala de exposiciones cuya existencia desconocíamos. Valga este post para enmendar el agravio.
Sepan los lectores que la Imprenta Municipal, con su edificio Art Decó construido entre 1931 y 1933 por Ferrero Llusiá y Bellido, es un santuario de las Artes del Libro. Allí pueden conocerse los hitos del camino que hemos seguido los humanos para imprimir palabras e imágenes en los tiempos modernos, con su maravillosa variedad de máquinas asombrosas, tipos móviles y planchas metálicas, piedras litográficas, hierros de dorar y un sinfín de accesorios y equipamientos.
Las letras son las señoras de este espacio mágico, y hablan desde las paredes con el poder de sus sortilegios: AEKMOSZ acegkopsvx...
Por si fuera poco, en la planta superior puede visitarse una exposición temporal sobre la animación cinematográfica española, una industria de creación artística que lleva ya mucho tiempo mereciendo que le reconozcamos su espléndida mayoría de edad.
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