jueves, 16 de julio de 2020

QUÉ SOLOS SIN VOSOTROS


Hoy España celebra su homenaje a las víctimas de la pandemia del COVID-19, y a quienes han estado, y siguen estando, en primera fila para combatir sus efectos y protegernos a todos. Para sumarme a ese homenaje recupero el texto que escribí en las semanas más amargas del confinamiento, cuando las ausencias empezaban a tocarnos cada vez más de cerca.

Hoy sentí algo parecido a la esperanza cuando escuché la noticia de que en las últimas veinticuatro horas la guadaña del coronavirus había segado "solo" 450 vidas. Como si esa tragedia fuera menos pavorosa que la de días pasados por obra y gracias de la aritmética; como si olvidase que infinitas veces uno es igual de infinito que infinitas veces 450. Más aún cuando ese uno es, como el pasado martes, Emilio, un hombre que había hecho de la generosidad, el afecto y la sonrisa sus razones de ser. Pusimos en el llanto de su pérdida el duelo por tantos que están perdiendo la batalla del aire en estas semanas de pesadilla.

Y más aún también cuando ese uno es, como he sabido esta misma tarde, Luis Miguel Madrid, Luismi, el alma hospitalaria y rebelde del café María Pandora, anfitrión de tantas de nuestras reuniones editoriales. Nunca le olvidaré con su gorra marinera negra calada sobre la hondura de una mirada curtida en quién sabe qué tormentas, tomando una cerveza apoyado en la barra, escuchando los versos que nos estuviesen siendo revelados esa noche. Siempre pensé que a Luismi la vocación de regentar un bar le venía del gusto por reunir a su gente y escuchar; hasta que descubrí que él mismo era un poeta de los que pronuncian sus versos en voz baja, como confidencias compartidas al paso, casi sin querer.

Leí su libro Tres moscas tres y durante largo tiempo después seguí escuchándole en el silencio.

Abrió con la llave que no era la puerta
que no estaba.
Dentro,
cerró los ojos ciegos de su cara opaca
y escuchó
el silencio del amor susurrando nada.

Son ya 20.453 en España, 166.766 en todo el mundo. Hasta siempre Luismi y Emilio y todos los demás. Qué solos nos sentimos de pronto sin vosotros.

Domingo 19 de abril de 2020

Ya en plena desescalada, semanas después, pasamos por el María Pandora, en la plaza de Las Vistillas, y lo encontramos cerrado a cal y canto. Un cartel pegado con celo pronunciaba su despedida: "Hasta siempre, amigo".

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