No consigo terminar de hacerme a la idea de que realmente exista un lugar como este. Si tuviera que señalar el rincón del mundo cuya desaparición me causaría un vacío más irreparable, creo que sería el Foro Romano. En este conjunto desordenado de la huella de los siglos sidos se resume mucho de lo que nos hace los hombres y mujeres que somos. Esta proporción, este sentido del escenario humano, este espacio para el contacto y la convivencia, para la expresión de la palabra y el ejercicio de la libertad, para la formulación de las leyes y la defensa de su observancia. Como casi siempre, todo ello derivó en el abuso, la arbitrariedad y el crimen, pero rehuso quedarme con eso. El Hombre merece la pena cuando intenta ser más grande con los otros que estando solo. En eso pienso de pie junto al arco de Septimio Severo, contemplando el Foro extendiéndose hasta el arco de Tito al atardecer. Es algo sobrecogedor.
viernes, 23 de junio de 2017
miércoles, 14 de junio de 2017
EN LA CRIPTA TARTÉSICA DE CIRMO (Galería de ilustraciones TRILOGÍA DE ANÍBAL VI)
Una escena especialmente sugerente de El heredero de Tartessos es, en mi opinión, la que tiene lugar en la cripta tartésica de Cirmo. En ella se dan cita Argantio, Anglea y Gerión junto a los hermanos de éste, Irmán y Mimbro. Todos ellos quedarán sobrecogidos por los hallazgos que les esperan allí.
Sandra Delgado ha recreado la escena de un modo magistral, iluminándola con la luz cenital de la antorcha que sostiene en alto Gerión. El espacio está inspirado en la maravillosa cámara funeraria ibérica de Toya, en Peal de Becerro.
La ilustración reproduce también, como siempre tomando como modelos piezas reales, algunos de los objetos que se citan en el fragmento de texto que reproduzco a continuación:
A
Argantio le dio un vuelco el corazón: “¡Por la barba de Reshef, una crátera
ática!”. Se acercó para verla mejor y distinguió las siluetas de dos
jóvenes desnudos sentados sobre mantos; uno de ellos estaba siendo coronado por
dos seres alados. Vasijas similares seguían siendo una mercancía enormemente
apreciada en el valle del Betis y las costas íberas; las traían de lejanas
tierras de levante unos comerciantes de esbeltas naves llamados foceos, pero
nunca había pensado que encontraría una en el subsuelo de una remota aldea
celtíbera. Junto a la crátera había una espada rota en tres fragmentos y un
yelmo de bronce sin penacho de anchas carrilleras proyectadas hacia el frente.
“También el casco es griego”, se dijo, “debe ser muy antiguo”. Y
un monolito de piedra tallada, un betilo como el que su propio pueblo
utilizaba para representar a la divinidad.
Si quieres más información sobre las dos primeras novelas de La trilogía de Aníbal:
El heredero de Tartessos
El cáliz de Melqart
Si quieres más información sobre las dos primeras novelas de La trilogía de Aníbal:
El heredero de Tartessos
El cáliz de Melqart
jueves, 8 de junio de 2017
LOS ESCRITORES Y SUS MIRADAS (El viaje y el escritor. Europa 1914-1939)
En el ecléctico contenedor de oferta cultural que es el cuartel del Conde Duque, uno de los edificios alberga en heterogénea armonía el despacho de ese personaje fascinante que fue Ramón Gómez de la Serna, un magnífico museo de arte contemporáneo y una pequeña sala para exposiciones temporales que en estos días ofrece su espacio a la muestra El viaje y el escritor. Europa 1914 - 1939. Quien haya seguido la colección de literatura de viajes El Periscopio, de Ediciones Evohé, sabrá que soy un apasionado de la combinación de viajes y escritores, de modo que no podía perdérmela.
Se trata de una sorprendente apuesta comisionada por Fernando Castillo, en la que grandes escritores europeos recorren las ciudades del continente en una secuencia de textos y óleos pintados por Damián Flores, que tienen como telón de fondo la infraestructura de estaciones y caminos de hierro que efímeramente crearon en Europa una ilusión de anchura de horizontes entre las dos guerras mundiales. Tanto los textos como las pinturas están recogidos en un catálogo como para leer despacio y conservar.
De los óleos de Damián Flores me han impresionado las miradas de los escritores, como si latiera en ellas la certidumbre de que su anhelo por absolver con el arte a la Europa de entreguerras que se encaminaba hacia la barbarie estaba condenado al fracaso. Pero que a pesar de ello no dejarían de mantener viva la llama de la libertad del espíritu humano.
lunes, 5 de junio de 2017
SCHULTEN Y EL DESCUBRIMIENTO DE NUMANCIA en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
El Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, situado en Alcalá de Henares y dirigido por Enrique Baquedano, nos tiene ya acostumbrados a magníficas exposiciones temporales que abordan con enfoques innovadores los temas arqueológicos. Es el caso de la actual exposición sobre Numancia (puede visitarse hasta el 9 de julio) que toma como elemento central las excavaciones de Adolf Schulten, que popularizaron el yacimiento y la épica historia de la ciudad en Europa a partir de 1905.
La exposición muestra materiales originales del arqueólogo alemán, como cuadernos de campo y planos de las excavaciones, así como también de la controversia que en una España aún herida en su orgullo por el desastre de 1898 produjo el que fueran investigadores extranjeros los que sacaran a la luz (y en muchos casos sacaran del país) los testimonios de lo que se tomaba como un símbolo nacional. Son significativos los periódicos de la época, con nombres tan sonoros como El avisador numantino. Y es verdad que uno acaba por no saber si tomar a Schulten por científico, visionario o expoliador, o de todo un poco.
La exposición tiene otros atractivos, como piezas recuperadas en los campamentos romanos de Escipión o en la necrópolis de la ciudad (ahí están las famosas fíbulas de caballos y una singular navaja plegable) y grandilocuentes textos laudatorios de autores romanos (que ensalzando a los celtíberos se ensalzaban a sí mismos) y modernos. Valga como ejemplo el texto de Floro: ¡Loor a esta ciudad esforzada y dichosa [...] que fue capaz de resistir durante tanto tiempo con sus solas fuerzas a la nación que disponía de todas las del universo!
Al final se muestran algunos ejemplos del enorme impacto que Numancia tuvo en escritores como Cervantes y Lorca y en el imaginario colectivo español. Después, como casi todos los grandes hechos históricos en España, la resistencia y caída de Numancia ha quedado envuelta en una reticente sombra de desapego, como si no fuera sino una de esas gestas bárbaras o fanáticas que durante mucho tiempo reinvidicó el nacionalismo más rancio. Es cierto que seguramente los españoles de hoy tenemos más que ver con Escipión Emiliano que con Retógenes, pero eso no nos debería hacer pasar por alto que fue en nuestro suelo donde tuvo lugar uno de los más resonantes y sobrecogedores episodios del mundo antiguo. Al menos debemos conocerlo, y el MAR nos ayuda a hacerlo
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