Aún cuando se aparte de las áreas habituales de interés de este blog, no puedo dejar de hacer mención a una reciente visita al Monasterio de Uclés, no muy lejos de Tarancón, en la provincia de Cuenca. Me resulta difícil entender cómo nunca antes había ido a conocerlo, teniendo en cuenta que llevo un buen puñado de años recorriendo España y el mundo en todas direcciones, movido por el trabajo y mi propia inclinación. El monasterio de Uclés es un monumento impresionante, y está a poco más de una hora de Madrid. Y, sin embargo, los curiosos que en una propicia mañana de domingo acudimos a visitarlo, no pasaríamos de veinte. Así que tomad nota: Uclés, durante siglos sede principal de la Orden de Santiago, fascinante conjunto de edificios en estilo herreriano, churrigueresco y plateresco, dominando sobre un cerro la llanura de Cuenca. La arquitectura es soberbia, y el centro de interpretación de la Orden de Santiago que alberga la iglesia no carece de interés.
Hay además un motivo sentimental para no dejar de ir a Uclés. En su iglesia estuvieron enterrados los restos de Rodrigo Manrique y de su hijo, Jorge Manrique, aunque posteriormente se perdió la pista de su paradero. Triste sino el nuestro, por cierto, el de olvidarnos de nuestros grandes escritores tanto en la vida como en la muerte. Pero, tal vez por pura sugestión, es fácil sentir la huella de aquellos hombres en el silencio de la iglesia de Uclés. Y a modo de homenaje, me apetece reproducir aquí ahora el principio y el final de los que me parecen algunos de los más hermosos versos que se han escrito en lengua castellana. En 1477, ni más ni menos.
COPLAS DE DON JORGE MANRIQUE POR LA MUERTE DE SU PADRE
Hay además un motivo sentimental para no dejar de ir a Uclés. En su iglesia estuvieron enterrados los restos de Rodrigo Manrique y de su hijo, Jorge Manrique, aunque posteriormente se perdió la pista de su paradero. Triste sino el nuestro, por cierto, el de olvidarnos de nuestros grandes escritores tanto en la vida como en la muerte. Pero, tal vez por pura sugestión, es fácil sentir la huella de aquellos hombres en el silencio de la iglesia de Uclés. Y a modo de homenaje, me apetece reproducir aquí ahora el principio y el final de los que me parecen algunos de los más hermosos versos que se han escrito en lengua castellana. En 1477, ni más ni menos.
COPLAS DE DON JORGE MANRIQUE POR LA MUERTE DE SU PADRE
I
Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer,
cualquiere tiempo passado
fue mejor.
XL
Assí, con tal entender,
todos sentido humanos
conservados,
cercado de su mujer
y de sus hijos e hermanos
e criados,
dio el alma a quien gela dio
(el cual la ponga en el cielo
en su gloria),
que aunque la vida perdió,
dexónos harto consuelo
su memoria.
Jorge Manrique, 1477
Y si lo queréis con música (¡gracias, Paco Ibáñez!):
http://www.youtube.com/watch?v=C4cP7lq2mhQ
Confiesa Arturo, aprovechaste el viaje a segóbriga XD. Que ganas tengo de que charlemos un día, te lo digo de verdad y tengamos una agradable tertulia de estas maravillas junto a un buen vino.
ResponderEliminarun besote!
¡¡Jajaja, me has pillado, Seth!! Así es, y el plan es de lo más recomendable. En cuanto a ese vaso de vino con tertulia, acepto encantado. A ver si nos reúne pronto algún "viento del norte".
ResponderEliminarArturo, he terminado tu novela y me ha encantado, de verdad.
ResponderEliminarNo soy lector de novelas. Lo intento cuando me recomiendan alguna, pero casi nunca me enganchan.
En cambio la tuya, me interesó desde el principio, porque uno intuye las grandes cosas que van a ocurrir.
Mucha aventura, muy entretenida y amena la lectura, magníficos personajes y, sobre todo, personajes que se describen a sí mismos haciendo cosas.
Enhorabuena, Arturo, tienes talento, amigo.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu mensaje, Emilio, no te imaginas cuánto me alegra que te haya gustado la novela. Es una sensación muy especial esto de poner una historia en manos de un lector y compartirla con él. Y en especial cuando es un amigo reencontrado como tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Historia viva, Uclés. Y de Jorge Manrique, qué decir.
ResponderEliminarQuerido amigo, como sabes, Jorge Manrique es uno de los principales dioses civiles de mi imaginario, con Albert Camus y poco más. Hace precisamente ahora 30 años "peregriné" (ya ha llovido y escampado) un día al Castillo de Gracimuñoz a pisar las arenas en las que cayó definitivamente abatido el maestro. (Es ésta costumbre o más bien pasión mía, la de poner mis pies no sólo -como diría Cernuda "sobre la tierra antes no hollada"- sino también justo sobre la hollada por otros años atrás, como cuando estuve en Dura Europos justo en el lugar donde Adriano anduvo al encuentro de los partos de Osroes I que habían acampado al otro lado del Eufrates... pero eso es otra historia, que me lío).
ResponderEliminarPues volviendo a Manrique, curiosamente el castillo en el que fue muerto el maestro fue propiedad anteriormente de otro escritor medieval español, el Infante don Juan Manuel, otro de esos autores patrios que tristemente sólo se leen, poco y mal, en la escuela, cuando no nos enteramos de gran cosa sometidos como estamos por la dictadura sanguínea y hormonal de nuestra adolescencia. Obras y autores que luego ya sólo son leídas por algunos filólogos, que a veces lo hacen como forenses en el despiece sin llegar a disfrutar la esencia de su arte...
Luego, en las insensateces propias de un espíritu melancólico y a la vez apasionado, contradictorio como soy, llegué a creer lo de que los elegidos de los dioses mueren jóvenes y todo eso y seguramente algo en mí se puso como límite para una vida decente y honorable, los 40 años, justo porque con 39 murió Manrique. Bien es cierto que sin gestas guerreras que acometer, lo de poner punto final por propia mano sólo por el "autocompromiso" de no llegar a los cuarenta me pareció seguramente algo peor que excesivo, algo ridículo, así que en el propósito de "antes de los cuarenta" cambié la muerte por la entrada a pie y en solitario en Tombuctú. Otra insensatez pero que a uno le hace recordar y sentirse humano. Valga por eso.
En fin, bienvenida sea tu loa al mayor poeta de España y a uno de los grandes del mundo. Aunque vértigo me siga dando saber que tan pocas cosas he hecho yo en mi vida importantes e imperecederas como sus Coplas cuando ya he vivido 8 años más que él. Maldita muerte que nos hurtó quién sabe cuántos versos más de un más longevo Manrique.
Para acabar no puedo sino incluir una copla más, la segunda que está esculpida en mi corazón...
Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por pasado.
Non se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de pasar
por tal manera.
Abrazos, Al Aurans
¡Ay, querido Al Aurans! Los azares del verano me impidieron en su momento contestar tu mensaje, y ahora lo releo en una radiante mañana de sábado en Boston. ¡Qué maravilla! Ya te lo dije en otra ocasión: aunque pequeña y sin pretensiones, feliz sea la chispa que desencadenas estas magníficas respuestas tuyas.
ResponderEliminarTambién es mía la pasión de pisar las tierras ya holladas, como aquella puerta de Edirne Kapi de Estambul en la que se puso término al mundo antiguo. Y la tristeza por haber dado tantos rodeos hasta llegar a la buena literatura por no haber aprendido a disfrutarla en la escuela(por fortuna más adelante aparecisteis amigos como Julio y como tú para hacerme recuperar el tiempo). Pero, como dices, eso es otra historia, yo también me lío.
A lo que voy es que esa copla de Manrique es también maravillosa, como muchos de los poemas que nos has regalado y que para mí son igualmente inmortales. En todo caso, Al Aurans, amigo, toma nota: lo mejor está por llegar.
Un abrazo.
Buenos dias Arturo,
ResponderEliminarSoy Paloma Martin, la concejala del pueblecito de la Provincia de Toledo (Cedillo del Condado) al que acudiste muy amablemente junto con Alberto tu editor a presentar tu libro.
Ese dia, comente que cuando leyera el libro daria mi opinión, y eso es lo que quiero hacer. No se como empezar.
¡FANTASTICO! ¡EXTRAORDINARIO!
He reido, he llorado, se me han puesto los pelos de punta, cada pagina que pasaba me enganchaba más y más, espero la segunda parte que seguro que será igual o includo más interesante que la primera que ya es decir.
¡ENHORABUENA!
No puedo terminar sin darte mi humilde opinión si me lo permites,cada página que leia me la imaginaba en la pantalla grande, que fabuloso sería convertirla en un guión de película, tengo la corazonada que sería un gran exito en pantalla.
Espero que sigas escribiendo tan bien, por muchos, muchos años, que haces, que te metas dentro de tus personajes en sus hitorias
Un saludo
Paloma M.M.
¡Hola, Paloma, qué alegría encontrarte aquí! ¡Y qué alegría también que te haya gustado la novela! La verdad es que me encantó aquella visita a Cedillo del Condado: desde el primer momento de la presentación sentí que se creaba un ambiente estupendo. Así que ya sabéis que contáis conmigo para lo que haga falta.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del cine, yo también creo que la novela tendría posibilidades, y si algún día se anima un director y guionista al que tengo echado el ojo, pues lo mismo sale la cosa. Ya te tendré al corriente.
Un fuerte abrazo, ¡y mucha suerte el año que viene!
Arturo
No me quedará otro remedio que seguir tus pasos. Pasé por delante de Segóbriga de vuelta de Alicante y me venía ya diciendo que este año debería volver al mundo antiguo allí, con mis alumnos. La oferta de un dos por uno se me hace irresistible.
ResponderEliminarPor cierto, me encanta la 'portada'...
Pues claro que sí, Julio, una excursión de lo más jugosa. Tus alumnos (y un servidor) te lo agradecerán. Y, en cuanto a la portada, uno sigue humildemente el ejemplo de un buen amigo fotógrafo que ha expuesto recientemente en Libertad 8.
ResponderEliminar