El Museo de Cádiz exhibe dos extraordinarios sarcófagos
fenicios de mármol, representando respectivamente a un hombre y una mujer. El
primero fue descubierto en 1887 en la necrópolis gaditana y, en gran medida, provocó
la creación del Museo Arqueológico de la ciudad. El segundo, el femenino, apareció
en 1980, casi un siglo después, muy apartado del anterior, dentro de una cámara
rectangular hecha con piedra ostionera local. Llevaba un escarabeo al cuello y
una pulsera con colgantes en forma de uræus egipcios. El cadáver estaba
envuelto en tejidos, a la manera egipcia, en un sarcófago interior de madera del
que solo se hallaron los clavos de bronce.
Los dos sarcófagos de mármol dan en el museo la impresión de
una serena compañía eterna del hombre y la mujer representados en ellos. La
sorpresa llegó en octubre de 2020, cuando se dio a conocer un estudio
científico llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Cádiz que
revelaba que los restos alojados en el sarcófago femenino pertenecían en
realidad a un hombre. Por el contrario, y aunque la investigación continúa en
curso, parece que los que son de mujer son los del sarcófago masculino de 1887.
Una prueba más de que, también en arqueología, las cosas no
son lo que parecen.