martes, 28 de diciembre de 2010
¿Quién escribe el relato de la historia de España? (Reflexiones sobre la novela histórica española)
Abrazos a todos y mis deseos de que 2011 sea el año en que podamos dejar atrás esta amarga crisis.
¿Quién construye el relato de la historia de España?
En los últimos días estoy viendo la serie de TV Los Tudor, que relatan los acontecimientos en la corte de Inglaterra durante los primeros años del reinado de Enrique VIII. Algunos de los personajes más prominentes son la reina Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, e incluso el propio Emperador Carlos V. Inevitablemente, dada la debilidad de la enseñanza de la historia en nuestra secundaria, quienquiera que vea la serie la tendrá como una referencia principal para interpretar aquel periodo.
Esto me lleva a la reflexión que quería hacer hoy aquí. En nuestros días, ¿quién construye el relato de la historia de España? No es una pregunta baladí. El nuestro es un país con graves problemas de identidad, a menudo cohibido por una corrección política definida desde los nacionalismos periféricos, o desde una izquierda con nostalgias republicanas. Abordar la historia de España desde los medios de comunicación masivos es un ejercicio que siempre entraña el riesgo de hacernos caer en uno de los extremos: la afirmación de España mediante un cierto nacionalismo conservador, esencialista e imperial, o su puesta en tela de juicio a través de la historia reinterpretada por los nacionalismos vasco o catalán. Para evitar riesgos, lo mejor parece ser la ambigüedad.
Un buen ejemplo es la serie Águila Roja, súper producción de nuestra televisión pública. ¿Dónde transcurre? ¿Quién es el Rey de España en ese momento? ¿Cuáles son los grandes temas de la agenda española y global en esa hora histórica? Mejor no arriesgarse a ofender a nadie, y situar la serie en un marco ficticio, impreciso.
En Los Tudor, Catalina de Aragón aparece como una mujer religiosa, pero ecuánime y leal. Durante la celebración de un torneo, el cardenal Wolsey se admira de su popularidad. Tomás Moro le responde: “Es la hija de Isabel y Fernando. Tal vez la gente piense que es como debe ser una reina.” Carlos V es todo un hombre de Estado, solvente y cabal. Uno diría que los ingleses han superado sus leyendas negras y han aprendido a contar su relato sin ofender a los demás. Nosotros aún no parecemos haber aprendido a contar nuestro relato sin ofendernos a nosotros mismos.
Y creo que en el mundo hay dos categorías de países: aquellos que escriben su propio relato, y aquello cuyo relato es escrito por otros.
Creo que la novela histórica puede ser un magnífico medio para construir un relato que llegue al gran público. Desde luego, me gustaría que mis novelas contribuyeran a ello. Tal vez por ello he escogido una época en la que abundan particularmente las ideas preconcebidas y los prejuicios: la de la España prerromana. Tanto lo celtibérico como lo carpetovetónico remiten a cualidades primitivas, atávicas.
Me gustaría contribuir a una novela histórica española que reúna las siguientes características:
Que ayude a construir el relato histórico de nuestro país, reconociendo la diversidad y la pluralidad de España, pero también el poderosísimo tronco de historia común. Que aborde nuestras grandezas con moderación y sentido crítico, y nuestros fracasos con afecto y ánimo constructivo.
Que ofrezca a los lectores historias veraces y divertidas, historias libres de prejuicios, que hagan pensar, que nos ayuden a conocernos mejor, a reconciliarnos con nosotros mismos. Historias abiertas, inclusivas, generosas, que no le sirvan de mercenario ideológico a ninguna visión parcial de España.
Que busque la calidad literaria, siguiendo los pasos de los grandes narradores españoles que han cultivado el género: Salvador de Madariaga, Miguel Delibes, Vicente Blasco Ibáñez. Y, sobre todo, el mejor ejemplo de todo lo que he dicho: Benito Pérez Galdós.
Obviamente, yo estoy muy lejos de poder contribuir con efectividad a esos objetivos. Soy muy consciente de mis limitaciones en términos de dedicación y de talento. Pero sepan, simplemente, que cualquier contribución que pueda hacer, trataré de que sea en esa dirección.
jueves, 2 de diciembre de 2010
El rostro de la Guerra Fría en el Paralelo 38
El 13 de noviembre visité la Zona Desmilitarizada que separa las dos Coreas y escribí el texto que sigue. No podía imaginar que, pocos días después, Corea del Norte atacaría la isla surcoreana de Yeonpyeong, causando cuatro muertos, dos de ellos civiles, y poniendo a la península nuevamente al borde de la guerra.
Esta mañana hemos visitado el último lugar del mundo donde aún permanece viva y tangible la Guerra Fría. Me refiero a la Zona Desmilitarizada (DMZ) que separa, a lo largo del Paralelo 38, a las dos Coreas.
El 25 de junio de 1950, el ejército del régimen comunista de Corea del Norte, con el apoyo de la Unión Soviética y de China, comenzó la invasión de su vecino del sur, buscando corregir el reparto de poder que el final de la Segunda Guerra Mundial y la desaparición del imperio japonés había dejado en la región. Estados Unidos, al frente de una coalición articulada por Naciones Unidas, acudió en auxilio de Corea del Sur, y la guerra que siguió dejó cinco millones de víctimas, el país devastado y la frontera aproximadamente en el mismo sitio en que estaba al inicio de las hostilidades. El armisticio (que no tratado de paz) firmado en Panmunjon el 17 de julio de 1953 puso fin a aquel colosal episodio de barbarie humana.
Desde el Observatorio Dora miro por el catalejo hacia Corea del Norte. Más allá de las alambradas y las casamatas, del altísimo mástil metálico con la bandera de la estrella roja ondeando perezosamente en su cúspide, veo difuminados en la bruma los pueblos del último país estalinista del mundo. Me estremezco pensando en la ferocidad de la dictadura que gobierna con mano atroz ese territorio de colinas extendiéndose hasta el horizonte. Un país donde uno de cada veinte ciudadanos es militar; donde la tercera parte del presupuesto nacional se dedica al ejército; donde el cadáver embalsamado del Gran Líder, Kim Il Sung, es adorado como un dios en un mausoleo que costó cien millones de dólares en una época en la que un millón de norcoreanos murieron de hambre; donde se estima que doscientas mil personas están encerradas en campos de concentración.
Bajamos con un casco en la cabeza y la compañía de un soldado a las entrañas de la tierra para visitar el túnel número tres, uno de los cuatro descubiertos hasta el momento que, partiendo de Corea del Norte, alcanzan el territorio del sur. Una vez terminado, hubiera permitido que treinta mil soldados cruzaran secretamente la frontera en una hora. Las familias coreanas y los americanos de la base de Seúl se agolpan en ese angosto espacio excavado a golpe de pico y de cartuchos de dinamita en la roca viva. Todo rezuma humedad y estupor: en las miradas hay más incredulidad que temor.
Corea del Norte ha probado misiles con un alcance de dos mil kilómetros y tiene probablemente armas nucleares. Son sus nuevos túneles, más largos y mortíferos que los anteriores.
Volvemos a Seúl con una sombra sobrevolándonos el alma. Hemos visto el rostro criminal de la Guerra Fría en la DMZ. Me pregunto cuándo decidirá China poner fin a esta locura. El mundo será un lugar mejor cuando eso ocurra.
Seúl, 13 de noviembre de 2010
Nota: todas las fotos son mías, excepto la del mástil con la bandera norcoreana, que ha sido obtenida de Wikipedia.
viernes, 26 de noviembre de 2010
HISPANIA: Novelas e historia de la antigua Iberia
Por una parte, podréis participar en un debate sobre las novelas históricas ambientadas en la España antigua. Con vosotros estaremos tres autores del género: Rufino Fernández (La sombra del mercenario. Memorias de un viejo ibero), León Arsenal (El hombre de la plata) y yo mismo (El heredero de Tartessos). En estos momentos de furor hispánico televisivo, seguro que el debate dara mucho de sí.
Y, por otra, la casa invita a la cerveza, para que la charla cuente con animación garantizada.
Nos vemos en El Caldito.
sábado, 6 de noviembre de 2010
Entrevista a Arturo Gonzalo Aizpiri en "Ilike Magazine"
—Cuéntanos brevemente el argumento de la novela.
— Tras su desembarco en Gádir, Amílcar, acompañado por su hijo Aníbal, comienza una campaña de conquista que lo lleva a remontar poco a poco el valle del Guadalquivir. Derrota a los turdetanos, con su ejército mercenario acaudillado por los celtíberos Istolacio e Indortes, y conquista también grandes ciudades Oretanas como Ipolka y Kástulo. Pero al llegar a la ciudad de Hélike, situada en las serranías del alto Segura, se encuentra con una fiera resistencia, dirigida por el rey Orissón, que lo obliga a iniciar un asedio. Éste es el punto en que comienza la novela.
Consciente de que la resistencia no podrá prolongarse mucho tiempo, el rey Orissón decide enviar una petición de ayuda a los Ólcades del norte, un belicoso pueblo celtíbero que habita los montes de lo que hoy es la provincia de Cuenca. Y el azar hace que un guerrero ólcade, Gerión, sea testigo del enfrentamiento entre los enviados de Orissón y una patrulla de soldados cartagineses. El celtíbero se ve impulsado a tomar partido, y esa decisión lo conducirá a conocer aspectos insospechados de su propio pasado y a jugar un papel protagonista en los trascendentales acontecimientos que están a punto de cambiar el destino de Ispania.
—“El heredero de Tartessos” está catalogada como novela histórica, pero tiene un inconfundible aroma épico y aventurero, muy cercano a la literatura fantástica. ¿Es algo intencionado?
—Tu manera de narrar, el estilo preciosista y la forma en que describes, es muy “Tolkien”. En ocasiones incluso raya lo poético.
—Has dado en el clavo. Soy tan apasionado de Tolkien como de la poesía. Probablemente de Tolkien he tomado ese particular sentido del transcurso del tiempo y del espacio, esa atención al viaje tanto como al destino. Y la intención épica de muchas escenas de la novela.
Y de la poesía me quedo con la intención de buscar la emoción y la máxima efectividad y precisión de cada palabra que escribo. Creo que nada como la poesía a ayuda a un escritor a eliminar lo superfluo, y a conseguir que el lenguaje haga al lector evocar imágenes que le den verosimilitud personal al texto.
—La documentación es una de las claves en cualquier novela histórica, más aún cuando se habla de una época tan lejana en el tiempo y relativamente poco conocida por el público en general. ¿Cuáles han sido tus fuentes principales?
— Afortunadamente en los últimos tiempos se está enriqueciendo con gran rapidez la bibliografía sobre la protohistoria de España; la novela incluye una breve bibliografía de aquellos libros que me han resultado más reveladores. Puestos a destacar a alguno, tengo que citar a Diodoro Sículo, Plinio y Pomponio Mela entre los clásicos; y a Francisco Burillo, Manuel Bendala, Francisco Gracia y Pedro Barceló entre los contemporáneos. Me he convertido también en visitante asiduo de algunos de nuestros sufridos museos arqueológicos, como el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y el Museo de Arte Ibérico de Jaén.
—¿Has visitado personalmente los lugares donde transcurre la historia?
—El misterio que envuelve a la leyenda de Tartessos, una especie de Atlántida ibérica, impregna toda la novela de un modo sutil. Es quizás otro punto en común con la obra de Tolkien. “El Señor de los Anillos” también cuenta con sus propios mitos de trasfondo, que dan solidez al conjunto. ¿Fue esa tu intención al apostar por tratar este mito?
—Yo diría que no he podido escapar a la seducción que ejerce sobre todos los interesados por la Historia el carácter mítico y legendario de Tartessos. El hecho de que nunca se haya descubierto la ubicación de la capital de aquel reino, a pesar de haber dedicado a ello sus esfuerzos grandes arqueólogos, comenzando por el hispanista alemán Adolf Schulten, arroja un halo de misterio sobre ella. Firmando en la Feria del Libro, han sido numerosos los lectores que se han acercado para preguntarme: “Pero, ¿existió de verdad Tartessos?”.
—Los personajes son mayoritariamente ficticios, aunque uno de los que no, Aníbal Barca, ha sido protagonista de otras novelas históricas. ¿Fue complicado construir tu propia versión del famoso conquistador cartaginés? ¿Te has dejado influenciar por otras novelas que trataban al personaje?
Y, aunque en efecto he leído otras novelas sobre Aníbal, creo que no me han influido mucho, porque sitúo al personaje en una edad, la más temprana juventud, que ha sido relativamente poco tratada. Quizá la influencia más clara que he tenido ha sido el famoso Retrato que de él hizo Tito Livio en el Libro XXI de la Historia de Roma desde su fundación. Pero sobre todo he intentado imaginar cómo debió ser un joven púnico sumergido desde la infancia en el corazón de los acontecimientos políticos y militares de aquel tiempo, y fascinado con la figura de Alejandro Magno y del mundo helenístico.
—Uno de los personajes, Anglea, resume un poco la visión que los íberos tenían de la mujer, a la que tenían en alta estima. Tenemos mucho que aprender hoy en día de sociedades que siempre hemos creído bárbaras, ¿no crees?
—Desde luego, todas las fuentes coinciden en atribuir un notable papel a las mujeres dentro de las sociedades prerromanas. Anglea es la expresión de ese papel, y simboliza además la capacidad que le atribuyo a las mujeres de corregir muchos de los errores y desequilibrios que siempre ha mostrado la sociedad moldeada por los hombres. Anglea toma las armas cuando es preciso, pero equilibra esa aceptación de la violencia con una personalidad también atenta a la afectividad, la humanidad, incluso el humor y la intuición. Es también una persona pragmática y positiva, pero abierta a la dimensión mágica y enigmática de la existencia. Creo que queda claro que soy un admirador incondicional de Anglea.
—“El heredero de Tartessos” es tu primera novela, fruto de más de cinco años de trabajo según aseguras. Pero, ¿es tu primer trabajo literario, o hay obras anteriores guardadas en el disco duro de tu ordenador?
—Desde que tengo uso de razón he sido un escritor compulsivo y he hecho un poco de todo: relatos, traducciones, ensayos, artículos profesionales. Pero El heredero de Tartessos es mi primera novela. Y he descubierto que es una experiencia extraordinaria, en la que un escritor puede explicarse a sí mismo por completo. Así que no será la última.
—¿Qué tal el trabajo con la editorial? ¿Ha sido gratificante?
—Mi editor, Alberto Santos, ha sido clave para convertir en realidad el proyecto de El heredero de Tartessos. Me mostró el camino que lleva desde un montón de folios recién salidos de la impresora hasta una novela en el mostrador de una librería. Un camino mucho más laborioso de lo que yo me hubiera imaginado. Y me ayudó a pulir el manuscrito, haciéndolo más sólido, más solvente. Ha merecido la pena.
—“El heredero de Tartessos” parece gozar de una salud envidiable, habida cuenta de que ya ha traspasado con éxito la segunda edición. ¿Estás satisfecho, o aún esperas más de la novela?
—Estoy feliz y más que satisfecho con el éxito que está teniendo el libro. Pero, puestos a soñar, ¿por qué no ir aún más allá? No pocos lectores me han comentado que la novela tiene un ritmo muy cinematográfico. Así que, ¿quién sabe?, tal vez algún día alguien se anime a llevar a Gerión y a Anglea a la gran pantalla.
—La promoción de la novela te ha llevado a muchos lugares de España. ¿Qué tal la experiencia de contactar con el lector?
—Si tuviera que dar una sola razón por la que amo escribir novelas, no sería el tiempo de feliz intimidad escribiendo en el cuaderno o en el ordenador, rodeado de libros y mapas. Lo más hermoso es el encuentro cara a cara con los lectores, conversar unos minutos, entregar el libro y estrechar la mano sabiendo que entre Dora o Alfonso o Josep o Stefan o Alicia o Álvaro y yo mismo acaba de crearse una complicidad única. Ellos y yo compartimos un relato, un paisaje, un conjunto de personajes, una aventura. Es algo completamente adictivo.
—¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios?
—Estoy comenzando a trabajar en una nueva novela. Y, dado que a medida que he profundizado en la época de la presencia cartaginesa en la Península Ibérica, me ha ido pareciendo cada vez más fascinante, espero continuar explorándola.
—Arturo, ha sido un placer charlar contigo. Mucha suerte con la novela y esperemos que sea la primera de muchas.
—El placer ha sido mutuo, Javier, muchas gracias. Y suerte también a este espléndido proyecto que es Ilike Magazine.
sábado, 23 de octubre de 2010
Emerge "El Periscopio"
Hace poco más de dos años, en un jardín de la calle Poniente de Madrid, un grupo de amigos decidimos acometer por fin un proyecto que llevaba latiendo entre nosotros desde mucho tiempo atrás. Se trataba de hacer libros juntos. Ya lo habíamos imaginado en tertulias casi adolescentes en un ático de la calle Covarrubias, y mucho después en aquellos dos años intensos y canallas que compartimos en una casa de entrañas de granito y aire transparente a los pies de La Maliciosa. Regalarnos mutuamente palabras, hacer de la literatura un cauce por el que discurrir juntos, construir libros colectivos.
Ese sueño surgió de nuevo aquella noche, y traía ya un nombre: El Periscopio. Poco a poco, en encuentros dominicales o en comidas apresuradas encajadas en la densidad de los días laborables, fuimos entendiendo lo que realmente queríamos hacer:
Queremos conocer el discurrir de los tiempos, entender las dudas, las ambigüedades, los claroscuros. Y hacerlo utilizando la lente de los libros de viaje. Porque un viajero es un testigo del mundo que no pretende contar más que su propia vivencia, directa e individual, lo que ven sus ojos. Aunque en la trastienda de esos mismos ojos aún se agiten siempre los ideales, los prejuicios, las convicciones del viajero, su biografía, sus temores y esperanzas, sus sueños y anhelos. Queremos recuperar con un periscopio que emerge en el corazón del tiempo, las voces de aquellos viajeros. Sus puntos de vista. Tal vez, desde la pluralidad de caminos y caminantes que caben en nuestro planeta, seamos capaces de entender mejor por qué hombres y mujeres como nosotros responden de modos tan diversos a los desafíos que su época les pone ante sí. Y por qué nuestra gran comunidad humana tiene que pagar precios tan altos por ensanchar el espacio de la dignidad.
Propusimos el proyecto a los amigos de Ediciones Evohé y, una tarde de julio en el café Libertad 8 (¡cómo no!), antes de salir a celebrar con La Roja la victoria en el Mundial de Fútbol, acordamos acometerlo juntos.
Y ahí está ya, en ese instante asombroso de convertirse en realidad, de ver la luz. Gracias, amigos de El Periscopio y de Evohé. Es reconfortante ver que los sueños y la amistad son ajenos a la ley de la gravedad, y pueden hacernos elevarnos con ellos. Ójala muchos decidan ahora acompañarnos en ese viaje.
Si queréis conocer mejor El Periscopio:
http://elperiscopio.edicionesevohe.com/
Y, si queréis asistir a la pre-presentación en familia y comprobar lo maravillosamente que han quedado los dos primeros títulos:
http://www.hislibris.com/cervezas-y-libros-vii-biografias-literatura-e-historia-con-una-voz-diferente/
lunes, 11 de octubre de 2010
Fertilización cruzada en las "Hazversidades poéticas" de Jaime Alejandre
Con sus Hazversidades poéticas, Jaime Alejandre ha conseguido al mismo tiempo varias cosas muy valiosas. Primero, como es obvio, el objeto principal de la iniciativa: crear un espacio en el que se pueda escuchar la voz de poetas extraordinarios, de forma libre e independiente de la maquinaria de las instituciones y de la gran industria cultural. Segundo, ha demostrado que es posible crear procesos de producción y logística cultural eficientes y de bajo coste: esos libritos maravillosos que Jaime, con la ayuda de Absurda Fábula y de los poetas, pone en nuestras manos cada mes, son una perfecta constatación de lo que es posible hacer con imaginación, ganas de tomarse la molestia, profesionalidad y capacidad de gestión. Y, tercero, ha creado la ocasión y el ámbito para que un amplio y heterogéneo grupo de personas que compartimos el interés por la cultura nos reunamos todos los meses. Se trata de una red que no deja de crecer, expandiéndose y creando nuevas conexiones entre sus miembros.
Me gusta pensar que las Hazversidades poéticas de Jaime Alejandre puedan ser el núcleo de cristalización alrededor del cual se construya una experiencia más amplia de producción cultural independiente. Se trata de que todos cuantos orbitamos alrededor de Libertad 8 contribuyamos con nuestras propias iniciativas, en un ejercicio de libertad con geometría variable, para poner a punto y hacer disponibles recursos y capacidades de expresión cultural. Que tengamos la voluntad de interactuar, de compartir, de ser cómplices en un experimento, dicho en términos botánicos, de fertilización cruzada. Que facilitemos canales para que no dejen de oírse las voces que tengan algo que decir.
¿Quién se encarga de ponerle alma y lenguaje a una tarea así? ¿Quién mantiene vivo y actuante ese clima de amistad bienhumorada, de hospitalaria inclusión, de respeto franco; esa fraternidad de las palabras que disfrutamos cada mes en Libertad 8? Los poetas, desde luego, con Jaime a la cabeza. De ellos brota el aliento ético y humanista que hace de la pluralidad de los hazversos algo que va mucho más allá del relativismo de un juego posmoderno.
No sé hasta dónde irá a parar esta asombrosa experiencia. Pero sé que estoy impaciente por que llegue el próximo día 8 para ir a escuhcar a los poetas.
http://hazversidadespoeticas.blogspot.com/
domingo, 26 de septiembre de 2010
Dioses y Gigantes en el Pergamonmuseum de Berlín
Tratar de hacerse una idea cabal del esplendor de la Antigüedad es una tarea condenada al fracaso. Afortunadamente, hay un puñado de lugares donde es posible experimentar durante un instante la intuición de lo que debió haber sido sentirse vivo en aquel tiempo: el Foro Romano, con sus ramilletes de flores frescas en la tumba de Julio César; la Acrópolis de Atenas cuando acaba de abrir sus puertas al amanecer; las calles desoladas, pobladas de ecos, en Pompeya. Pero, de todos los museos que conozco, sólo hay uno que puede incluirse en esa lista: el Pergamonmuseum de Berlín.
Me siento en un banco frente a la colosal escalinata, de veinte metros de altura, que conduce al santuario del Altar de Pérgamo. Estoy rodeado de los restos del friso de 115 metros de largo que un día lo circunvaló. En él está representada la gran batalla entre los dioses olímpicos y los Gigantes, con figuras de gran tamaño, de una fuerza dramática y una sofisticación artística asombrosas. Ahí está Hécate con sus tres cuerpos combatiendo a un gigante con piernas de serpiente. Y Leto, su madre, lanzando una antorcha al rostro de un adversario. Y Apolo defendiendo la verdad con su arco y sus flechas. Y Démeter, diosa de la tierra cultivada, e Iris, mensajera de los dioses. Y Hera, con los cuatro caballos representando a los cuatro vientos: Bóreas, Euro, Céfiro y Noto. Y Zeus combatiendo con sus rayos a tres gigantes, y Atenea, que sujeta por el pelo al gigante de dos alas Alcione, siendo laureada por Niké con la corona de la vistoria. Y mucho más.
Me pregunto qué sueño sembró en el corazón de Eumenes II, hacia el 170. a. C., el propósito de ordenar la construcción de una maravilla tan inabarcable como esta para celebrar el mito de la construcción de su ciudad por Télefo, hijo de Zeus. Pienso en la vasta incertidumbre ante la muerte que hace a los hombres aspirar a la posteridad grabando sus huellas en el corazón de la piedra.
Apenas tuve tiempo, antes de salir hacia el aeropuerto de Tegel, de echar un rápido vistazo a algunas de las otras maravillas que le hacen a uno quedar con la boca abierta de asombro: la puerta romana del mercado de Mileto, o la reconstrucción de la vía procesional y la puerta de Ishtar en Babilonia, con sus maravillosas figuras de leones representadas sobre azulejos esmaltados. Me prometo volver un día al Museo de Pérgamo para contar sus historias.
En el Pergamonmuseum (Berlín)
24 de septiembre de 2010
sábado, 18 de septiembre de 2010
Comentarios de los lectores sobre "El heredero de Tartessos" (III)
19 agosto 2010.
Paloma Martín Martín ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Uclés y las coplas de Jorge Manrique":
Emilio Solís ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Uclés y las coplas de Jorge Manrique":
Manuel Ábrego ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Lectores y amigos en la Feria del Libro de Madrid":
jose ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Arturo Gonzalo Aizpiri firma "El heredero de Tarte...":
Teodoro Kreckler de Buenos Aires ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El heredero de Tartessos":
10 marzo 2010
martes, 7 de septiembre de 2010
Lope de Vega y el alcalde de Madrid
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;
dar la vida y el alma a un desengaño,
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Abrazos para la eternidad (Los amantes etruscos del Museum of Fine Arts de Boston)
Y Boston dispone, además, de uno de los grandes museos de arte y arqueología de EEUU: el Boston Museum of Fine Arts (http://www.mfa.org/). Si vais por allí, no dejéis de hacerle una visita. Debo decir que yo mismo quedé sorprendido, porque el nombre de “museo de bellas artes” me había hecho pensar que el arte antiguo y la arqueología tendrían en él una presencia marginal, pero me equivoqué por completo. Tiene magníficas colecciones de arte griego, romano, etrusco, nubio, egipcio y del antiguo Oriente Próximo; a ésta última se accede pasando sobre un mapa de la zona representado en los azulejos del suelo.
Me impresionaron particularmente piezas (ved las fotos más abajo) como el “mosaico marino” romano (200 – 230 d. C.), el sarcófago romano de mármol representando el triunfo de Dionisos (215 – 225 d. C.), la copa ateniense de cerámica con forma de cabeza de asno (aprox. 480 a. C.), la orfebrería de Grecia oriental, y la asombrosa copa de plata hitita, de casi 3.500 años de antigüedad, en forma de puño, relacionada con rituales del culto del dios de los fenómenos meteorológicos, Tarhuna. Me dejó asombrado que una cultura tan poco conocida como la hitita pudiera producir objetos tan sofisticados en el 1.400 a. C.
Pero nada nos conmovió tanto como la sala etrusca. Toda ella es magnífica, con numerosas estatuillas, vasijas y espejos, y joyas como la urna cineraria de Fastia Velsi, hallada en Chiusi. Junto a la entrada de la sala reposan dos grandes sarcófagos de piedra volcánica procedentes de Vulci, fechados a finales del s. IV o principios del III a. C. En la losa de piedra que le sirve de cubierta a cada uno de ellos está representada una pareja de esposos o amantes. La mujer y el hombre se miran a los ojos y se abrazan con ternura; una única sábana cubre sus cuerpos, como si hubieran tomado todas las precauciones posibles para mantenerse unidos toda la eternidad. En ninguna otra cultura antigua (y acaso tampoco moderna) he visto esculturas funerarias que celebren de ese modo, y de un modo tan sereno y respetuoso, el amor entre esposos. Es algo hermoso y reconfortante.
Merecería la pena una visita a Boston aunque sólo fuera para observar en la penumbra de la sala etrusca los abrazos de piedra para la eternidad de los amantes del Museum of Fine Arts.
miércoles, 25 de agosto de 2010
¡Salvemos Lancia, todas las Lancias!
¡Salvemos Lancia, todas las Lancias!