Es increíble la cantidad de sorpresas que siguen deparándonos los pueblos de la Comunidad de Madrid, por muchos años que llevemos recorriéndolos. Resulta que Ulpiano Checa, uno de los más cotizados pintores españoles de finales del siglo XIX y principios del XX, fue natural de Colmenar de Oreja, y nunca perdió el contacto con sus raíces, por mucho que su carrera le llevara por otros derroteros. Murió en 1919 y sus restos fueron traídos a su pueblo natal. Y, allá por 1950, al equipo municipal del momento se le ocurrió crear en su memoria un museo que abrió sus puertas en 1960, con veinte obras cedidos por Carmen y Felipe, hijos del pintor. Desde entonces, a través de adquisiciones, depósitos y donaciones de instituciones y particulares, el MUCH no ha dejado de ampliar su colección.
Todo esto nos lo cuenta
Natalia, la amabilísima colmenareta que recibe a los visitantes en la Casa de
los Siete Patios, la sede del museo: «Tenemos depósitos de la Comunidad de
Madrid, del Prado y hasta del Thyssen -nos cuenta-. “El crepúsculo”, una de las
últimas obras expuestas, fue el pago de una productora que rodó en el museo».
El museo es magnífico; muy pocos municipios pueden presumir de tener uno que brille a este nivel, con tanta obra de calidad y tan bien expuesta. Todas las salas merecen la pena, pero se me disculpará que destaque por encima de todas las dos dedicadas al mundo romano. Checa leyó las grandes novelas de romanos del momento («Los últimos días de Pompeya», de Bulwer-Lytton, «Ben-Hur», de Wallace y «Quo Vadis?», de Sienkiewicz) y quedó fascinado. Comenzó a pintar cuadros inspirados en ellas y causó un enorme impacto, ganando diversas medallas en los salones de pinturas de la época y plasmando el concepto visual del mundo romano, que más tarde habría de trasladarse a las adaptaciones teatrales y cinematográficas de aquellas grandes novelas.
El museo da a conocer una
espléndida muestra de todo ello, con obras tan impactantes como «La invasión de
los bárbaros», «La ninfa Egeria dicta a Numa Pompilio las leyes de Roma», «La
naumaquia», «La carrera de carros» o «Los últimos días de Pompeya“, la obra de
gran formato que ganó la medalla de oro en la Exposición Universal de París de
1900 y que sigue dejando al visitante sin respiración.
De verdad, no os lo perdáis.
Tenéis el mundo romano de Ulpiano Checa a un tiro de piedra. Colmenar de Oreja
está a 60 km de Madrid y, además de una plaza mayor espectacular y variados
encantos históricos y gastronómicos, cuenta con la iglesia de Santa María la Mayor,
iluminada con tres frescos de gran tamaño pintados por Checa en 1897, ¡en tan
solo 45 días!
[Una nota triste. El lienzo
de «La invasión de los bárbaros» que exhibe el museo es una de las versiones
reducidas que hizo el autor. El original, de 7 × 4 metros, medalla de oro en la
Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1887, adquirido por el Estado,
se consumió en el incendio de la Universidad de Valladolid de 1939. Qué pérdida.]
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