sábado, 29 de agosto de 2009
Una maravilla de hace cinco mil años: los túmulos megalíticos de Newgrange (Irlanda)
En una campiña irlandesa enhebrada sin prisa por el río Boyne, con aspecto de suaves colinas de color esmeralda, se insinúan docenas de túmulos, repartidos como goterones de tierra, piedra y huesos caídos del espacio. Newgrange, Knowth, Dowth. Qué lástima no conocer los nombres con que los llamaron aquellos hombres de hace cinco mil años que los construyeron, ni la lengua que hablaron. Es sobrecogedor contemplar esas estructuras enigmáticas y colosales levantadas cuando las pirámides de Egipto aún no habían sido soñadas, e intentar vanamente descifrar los símbolos tallados en centenares de piedras expuestas a la atenta mirada de los astros y los muertos. ¿Qué fue de ellos, de aquellos hombres y de la herencia de estremecimientos y creencias que alumbraron?
Se hace la oscuridad en el corazón del túmulo de Newgrange. Una lengua de luz lame la noche antigua y sabia de la piedra. Aunque sea un simulacro, una farsa para turistas, sentimos un escalofrío: el esfuerzo sin límites de hombres y mujeres sin número fue vertido aquí un día para que una vez al año, durante diecisiete minutos al alba del solsticio de invierno, un nuevo año fuera parido en las entrañas del mundo. Quién sabe, quizá precisamente por eso, aún hoy en nuestro tiempo descreído y romo, el invierno no consiga extinguir al sol, sin remedio, en el cielo.
Newgrange (Irlanda)
19 de agosto de 2009
jueves, 27 de agosto de 2009
Diario Público: "Los elefantes de Aníbal toman Cádiz"
Hola a todos,
El verano está siendo generoso con la atención a El heredero de Tartessos en los medios de comunicación. Reproduzco a continuación la columna que el diario Público publicó al respecto el pasado domingo 23.
Saludos,
Arturo
LOS ELEFANTES DE ANÍBAL TOMAN CÁDIZ
Toc-toc. ¿Quién es? Amílcar Barca. Cuando el legendario general cartaginés desembarcó en Gadir (actual Cádiz) en el año 227 a. C. se armó un buen follón. Tanto que esa desconocida zona de la Tierra comenzó incluso a ser nombrada en los telediarios internacionales de la época. “Hasta ese momento la Península Ibérica es un territorio en gran medida legendario, dominado por la impronta mítica de Tartessos, con una participación muy limitada en los grandes acontecimientos del Mediterráneo”, cuenta Arturo Gonzalo Aizpiri (Madrid, 1963), autor de El heredero de Tartessos (Imágica, 2009), novela histórica sobre las luchas de poder en el mundo antiguo.
Aizpiri narra cómo los habitantes del sur de Andalucía se vieron envueltos sin comerlo ni beberlo en la trifulca expansionista entre Roma y Cartago. La batalla estaba servida. “En el mundo antiguo se luchaba por la riqueza, por dominar las rutas comerciales, por encontrar territorios donde alojar al exceso demográfico, incluso por venganza o por defender el honor”, explica.
Desarrollo y mestizaje
Pero como no sólo de batallitas vive la novela histórica, Aizpiri también reivindica en su libro “el notable desarrollo cultural” de los pueblos de la época prerromana. “Es verdad que el contacto con el mundo mediterráneo insertó a España en el núcleo duro de la civilización occidental, pero eso no significa que haya que minusvalorar la importancia y la originalidad de las culturas ibérica y celtibérica que florecieron antes de la romanización de la Península Ibérica”, dice.
Con todo, Aizpiri no cree que los celtíberos lucharan por una cuestión de “fanatismo nacionalista”. Al contrario. “En aquel tiempo había una capacidad de mezcla, de mestizaje, muy grande. Era normal que cada pueblo incorporara continuamente elementos e influencias de otros”, zanja.
A. M.
MA DRID
El verano está siendo generoso con la atención a El heredero de Tartessos en los medios de comunicación. Reproduzco a continuación la columna que el diario Público publicó al respecto el pasado domingo 23.
Saludos,
Arturo
LOS ELEFANTES DE ANÍBAL TOMAN CÁDIZ
Toc-toc. ¿Quién es? Amílcar Barca. Cuando el legendario general cartaginés desembarcó en Gadir (actual Cádiz) en el año 227 a. C. se armó un buen follón. Tanto que esa desconocida zona de la Tierra comenzó incluso a ser nombrada en los telediarios internacionales de la época. “Hasta ese momento la Península Ibérica es un territorio en gran medida legendario, dominado por la impronta mítica de Tartessos, con una participación muy limitada en los grandes acontecimientos del Mediterráneo”, cuenta Arturo Gonzalo Aizpiri (Madrid, 1963), autor de El heredero de Tartessos (Imágica, 2009), novela histórica sobre las luchas de poder en el mundo antiguo.
Aizpiri narra cómo los habitantes del sur de Andalucía se vieron envueltos sin comerlo ni beberlo en la trifulca expansionista entre Roma y Cartago. La batalla estaba servida. “En el mundo antiguo se luchaba por la riqueza, por dominar las rutas comerciales, por encontrar territorios donde alojar al exceso demográfico, incluso por venganza o por defender el honor”, explica.
Desarrollo y mestizaje
Pero como no sólo de batallitas vive la novela histórica, Aizpiri también reivindica en su libro “el notable desarrollo cultural” de los pueblos de la época prerromana. “Es verdad que el contacto con el mundo mediterráneo insertó a España en el núcleo duro de la civilización occidental, pero eso no significa que haya que minusvalorar la importancia y la originalidad de las culturas ibérica y celtibérica que florecieron antes de la romanización de la Península Ibérica”, dice.
Con todo, Aizpiri no cree que los celtíberos lucharan por una cuestión de “fanatismo nacionalista”. Al contrario. “En aquel tiempo había una capacidad de mezcla, de mestizaje, muy grande. Era normal que cada pueblo incorporara continuamente elementos e influencias de otros”, zanja.
A. M.
MA DRID
sábado, 22 de agosto de 2009
Agencia EFE: "Arturo Gonzalo Aizpiri debuta como novelista"
Hola a todos,
El pasado 13 de agosto la agencia EFE difundió un teletipo sobre El heredero de Tartessos, incorporando citas de una entrevista conmigo, del que se hicieron eco diversos medios de comunicación. Os lo adjunto por si os resulta interesante. Como siempre, cualquier comentario será bienvenido.
Saludos,
Arturo
El pasado 13 de agosto la agencia EFE difundió un teletipo sobre El heredero de Tartessos, incorporando citas de una entrevista conmigo, del que se hicieron eco diversos medios de comunicación. Os lo adjunto por si os resulta interesante. Como siempre, cualquier comentario será bienvenido.
Saludos,
Arturo
Información publicada el jueves, 13 de agosto de 2009.
Arturo Gonzalo Aizpiri debuta como novelista con "El heredero de Tartessos"
Madrid, (EFE).- Arturo Gonzalo Aizpiri acaba de publicar su primera novela, "El Heredero de Tartessos", un libro cuya investigación y realización le ha llevado al autor a sumergirse en "la España de 200 años antes de Cristo".
Arturo Gonzalo Aizpiri debuta como novelista con "El heredero de Tartessos"
Madrid, (EFE).- Arturo Gonzalo Aizpiri acaba de publicar su primera novela, "El Heredero de Tartessos", un libro cuya investigación y realización le ha llevado al autor a sumergirse en "la España de 200 años antes de Cristo".
En una entrevista con Efe, Aizpiri, que durante doce años ha trabajado entre la gestión pública y privada, fue secretario general de Prevención de la Contaminación y el Cambio climático, cuando era ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona, y ahora es director de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Corporativa de Repsol, dice que tenía ganas de meterse en este tema para "evitar la sobredosis de realidad" que le circunda.
"No existe un crisol del mundo antiguo tan apasionante" como el período histórico que analizo en esta novela", dice el autor para añadir que este proyecto surgió por la necesidad que tenía de poder dar rienda suelta a la imaginación.
La obra, editada por Imágica, es el resultado de seis años de trabajo, y ha significado, según él mismo dice, un proceso largo porque ha tenido que construirlo mientras se dedicaba a su profesión, pero como el resultado ha sido muy satisfactorio, el autor ya ha empezado a desarrollar un segundo proyecto, ambientado en el mismo escenario. El libro persigue la huella del legendario reino de Tartessos, y entrelaza en un fresco histórico "aquel tiempo en que las serranías del interior de la Península Ibérica se convirtieron de pronto en el escenario decisivo de la lucha por el poder en el mundo antiguo". "He quedado fascinado con la época en la que transcurre 'El heredero de Tartessos'. Se trata de un escenario privilegiado para una novela porque se sitúa cuando España irrumpe en la historia del mundo antiguo", explica. "Es una época de la que se conoce lo suficiente como para poder presentar un mundo verosímil pero con suficientes incógnitas como para dar rienda suelta a la imaginación", precisa el autor.
Para el nuevo proyecto, inspirado en los pueblos y algunos de los personajes de su primera novela, Aizpiri promete un "carácter diferente", aunque asegura estar "muy pendiente de las opiniones de los lectores para ver qué esperan ellos antes de definir el nuevo proyecto". La obra "El heredero de Tartessos", que a Azipiri le "encantaría" ver en el cine", representa "un trabajo de ficción con base histórica", un proyecto que para el autor puede convertirse en "audaz sin ser temerario ni inverosímil".
Para Gonzalo Aizpiri (Madrid, 1963), la sociedad actual y la que presenta en su novela "son muy similares. Es un error pensar que la gente que vivió hace 2200 años no se comportaba con la misma naturalidad y humanidad que hoy", recalca.
Por otro lado, Aizpiri se encuentra trabajando en "un proyecto apasionante" para Repsol YPF que, además, le ha demostrado que la energía es "una forma muy interesante de comprender el mundo en el que vivimos". Doctor en Ciencias Químicas y apasionado de la Historia, Aizpiri asegura que la clave de su éxito es mantener "el equilibrio óptimo combinando adecuadamente la vida pública y la vida privada". EFE
jueves, 6 de agosto de 2009
Lo que opinan los lectores de "El heredero de Tartessos"
A lo largo de las últimas semanas algunos lectores han dejado su opinión sobre El heredero de Tartessos en la página web de La Casa del Libro. Gracias a todos ellos por tomarse la molestia, y por su indulgencia.
Aquí tenéis sus opiniones:
Bruno C. Fernández
Una novela histórica escrita en un castellano perfecto. Muy buena
Javier Quintas
Hay algo en esta novela, que trasciende el etiquetado de novela histórica. Es una novela histórica, sí, pero también una novela de fantasía, que bebe en las fuentes de grandes como Tolkien (El Señor de los Anillos) o Robert E. Howard (Conan el bárbaro). Se trata también una grandiosa historia de amor. Sin olvidarnos de la vertiente mitológica que apasionará a los aficionados a los misterios de la historia, a las ciudades míticas como La Atlantida o Tartessos. En fin una apasionante experiencia para degustar este verano junto al mar, o incluso sin mar.
Al Haim
Una magnífica novela histórica extraordinariamente documentada pero donde la exactitud histórica no entorpece la trama con excesos eruditos sino que se pone al servicio de la ficción novelesca fluidamente. Una novela exquisitamente escrita, con unas descripciones precisas y preciosas en un lenguaje culto y bello pero accesible. Un libro que se lee de un tirón, que deja con ganas de más capítulos, de nuevos volúmenes.
María Trujillo
Aún no lo he terminado pero me está encantando.
Ángel y MacarenaMuy interesante y bien documentado. Enrrolla un montón. Los personajes están bien perfilados y no son estereotipados. Tiene todos los elementos para interesar y disfrutar de la lectura. Da gusto leer las descripciones paisajísticas. Son vívidas y cercanas. También a favor encontramos que se ha elegido una época y un tema no tocados antes, que sepamos. A ver si hay próximo.
Lara
Qué estupendo es cuando encuentras uno de esos libros que consiguen atraparte por horas en el sofá. Este me ha parecido uno de esos descubrimientos. Ya tengo ganas de que aparezca una segunda parte, necesito más!! Lo recomiendo enormemente, espero que lo disfrutéis y enhorabuena al autor que ya he visto que es su primera novela, todo un exito.
Xavier
Magnífica novela, engancha desde el principio y además nos recuerda, que nosotros también tenemos una historia que contar, que hubo unos tiempos en la península en los que se libraban batallas míticas, existían verdaderos héroes y por supuesto villanos malvados... La recomiendo desde luego...
María Ángela
Una novela muy entretenida. La historia está muy bien documentada y va enganchando según la lees. Imprescindible para disfrutar mientras se aprenden cosas interesantes de nuestra historia.
Quien quiera añadir su opinión a todas estas, ya sabe que puede hacerlo en:
http://www.casadellibro.com/libro-el-heredero-de-tartessos/1257821/2900001321179
Saludos a todos,
Arturo
sábado, 1 de agosto de 2009
Retrato de Aníbal
Recientemente un visitante de este blog y buen amigo, Reyes, me hacía notar el cariño que muestro hacia el personaje de Aníbal en El heredero de Tartessos, y yo le reconocía mi fascinación por él. Ciertamente creo que Aníbal fue una de esas escasísimas personas capaces de romper todos los moldes de su tiempo, de servir de punto de apoyo a las palancas que mueven los acontecimientos del mundo que habitan. Otra persona así fue Alejandro Magno.
En mi visión de Aníbal sin duda tuvo una gran influencia el famoso Retrato que de él hizo Tito Livio en el Libro XXI de la Historia de Roma desde su fundación. Lo reproduzco a continuación, y que cada cual saque sus conclusiones.
"Enviado Aníbal a Hispania, nada más llegar se ganó a todo el ejército: los soldados veteranos tenían la impresión de que les había sido devuelto el Amílcar joven; veían la misma energía en sus rasgos, la misma fuerza en su mirada, la misma expresión en su semblante, idéntica fisonomía. Después, en muy poco tiempo, consiguió que lo que tenía de su padre fuese lo menos importante en orden a granjearse las simpatías. Nunca un mismo carácter fue más dispuesto para cosas enteramente contrarias: obedecer y mandar. No resultaría fácil, por ello, discernir si era más apreciado por el general o por la tropa. Ni Asdrubal prefería a ningún otro para confiarle el mando cuando había que actuar con valor y denuedo, ni los soldados se mostraban más confiados o intrépidos con cualquier otro jefe. Era de lo más audaz para afrontar los peligros, y de lo más prudente en medio del mismo peligro. No había tarea capaz de fatigar su cuerpo o doblegar su moral. El mismo aguante para el calor y el frío; su manera de comer y beber, atemperada por las necesidades de la naturaleza, no por el placer; el tiempo de vigilia y de sueño, repartido indistintamente a lo largo del día o de la noche; el tiempo que le quedaba libre de actividad era el que dedicaba al descanso, para el cual no buscaba ni muelle lecho ni silencio: muchos lo vieron a menudo echado por el suelo, tapado con el capote militar, en medio de los puestos de guardia o de vigilancia militar. No se distinguía en absoluto entre los de su edad por la indumentaria, sí llamaban la atención sus armas y caballos. Era, con diferencia, el mejor soldado de caballería y de infantería a un mismo tiempo; el primero en marchar al combate, el último en retirarse una vez trabada la pelea. Las virtudes tan pronunciadas de este hombre se contrapesaban con defectos muy graves: una crueldad inhumana, una perfidia peor que púnica, una falta absoluta de franqueza y de honestidad, ningún temor a los dioses, ningún respeto por lo jurado, ningún escrúpulo religioso. Con estas virtudes y vicios innatos militó durante tres años bajo el mando de Asdrúbal, sin descuidar nada de lo que debiera hacer o ver quien iba a ser un gran general."
Interesante, ¿verdad? Para que el gran Tito Livio le dedicara un texto así, Aníbal realmente debió dejar una impresión duradera en la memoria y la consideración de los romanos. Por mi parte, no puedo dejar de considerar los vicios que Livio atribuye a Aníbal como una desacreditación del enemigo a título póstumo. Entre la verdad y el honor de Roma, Livio siempre tuvo claro que debía escoger lo segundo.
Saludos a todos,
Arturo
En mi visión de Aníbal sin duda tuvo una gran influencia el famoso Retrato que de él hizo Tito Livio en el Libro XXI de la Historia de Roma desde su fundación. Lo reproduzco a continuación, y que cada cual saque sus conclusiones.
"Enviado Aníbal a Hispania, nada más llegar se ganó a todo el ejército: los soldados veteranos tenían la impresión de que les había sido devuelto el Amílcar joven; veían la misma energía en sus rasgos, la misma fuerza en su mirada, la misma expresión en su semblante, idéntica fisonomía. Después, en muy poco tiempo, consiguió que lo que tenía de su padre fuese lo menos importante en orden a granjearse las simpatías. Nunca un mismo carácter fue más dispuesto para cosas enteramente contrarias: obedecer y mandar. No resultaría fácil, por ello, discernir si era más apreciado por el general o por la tropa. Ni Asdrubal prefería a ningún otro para confiarle el mando cuando había que actuar con valor y denuedo, ni los soldados se mostraban más confiados o intrépidos con cualquier otro jefe. Era de lo más audaz para afrontar los peligros, y de lo más prudente en medio del mismo peligro. No había tarea capaz de fatigar su cuerpo o doblegar su moral. El mismo aguante para el calor y el frío; su manera de comer y beber, atemperada por las necesidades de la naturaleza, no por el placer; el tiempo de vigilia y de sueño, repartido indistintamente a lo largo del día o de la noche; el tiempo que le quedaba libre de actividad era el que dedicaba al descanso, para el cual no buscaba ni muelle lecho ni silencio: muchos lo vieron a menudo echado por el suelo, tapado con el capote militar, en medio de los puestos de guardia o de vigilancia militar. No se distinguía en absoluto entre los de su edad por la indumentaria, sí llamaban la atención sus armas y caballos. Era, con diferencia, el mejor soldado de caballería y de infantería a un mismo tiempo; el primero en marchar al combate, el último en retirarse una vez trabada la pelea. Las virtudes tan pronunciadas de este hombre se contrapesaban con defectos muy graves: una crueldad inhumana, una perfidia peor que púnica, una falta absoluta de franqueza y de honestidad, ningún temor a los dioses, ningún respeto por lo jurado, ningún escrúpulo religioso. Con estas virtudes y vicios innatos militó durante tres años bajo el mando de Asdrúbal, sin descuidar nada de lo que debiera hacer o ver quien iba a ser un gran general."
Interesante, ¿verdad? Para que el gran Tito Livio le dedicara un texto así, Aníbal realmente debió dejar una impresión duradera en la memoria y la consideración de los romanos. Por mi parte, no puedo dejar de considerar los vicios que Livio atribuye a Aníbal como una desacreditación del enemigo a título póstumo. Entre la verdad y el honor de Roma, Livio siempre tuvo claro que debía escoger lo segundo.
Saludos a todos,
Arturo